MARGARITA MICHELENA
Este día de taller tuvimos la grata oportunidad de leer poemas escritos por Margarita Michelena. Poeta mexicana y a quien está dedicado el Programa No. 286 en la Revista Poesía más Poesía.
Margarita Michelena no escribe lo que se llama poesía femenina, los suyos son poemas escritos por una mujer que asume su condición, dice Octavio Paz “los poemas de Margarita Michelena son torres esbeltas, construcciones intelectuales de una sensibilidad inteligente.
Te invitamos cordialmente a que si te ha interesado su poesía, conozcas un poco más de su obra poética en el siguiente link: https://poesiamaspoesia.com/286-poesia-mas-poesia-margarita-michelena/
POEMAS:
ARTE SONORA
Como si el mundo fuera una llanura
verde y plana, tendida
bajo de una campana de cristal resonante,
llevar la voz en canto, como flor de sonido,
por las naves del aire, por las torres del heno
y la espada finísima del trigo.
Cantar. Pero cantar únicamente
la cima melodiosa
de cada rama, cuando en ella sube
todo el andar del mundo, para darnos
edificio infalible en cada rosa.
Cantar únicamente la belleza del astro
deteniendo en el cielo
la integridad dorada de sus gajos.
Y no llevar la voz más adelante,
al tiempo en que los vientos
y el amor ya desnudan
el coro de fragancia
y el firmamento gira
hacia la joya rota de un menguante.
Ni promesa ni muerte
dentro de la canción. Que el canto sea
jubilosa y presente criatura,
inocente y redondo como piedra
que el agua ha modelado con su música
más para ser como fingida perla
debajo del cristal, que daga oscura.
Pero cantar. Cantar.
El llanto es una puerta de cristal desgarrado.
Mas el que canta tiene la amistad de las nubes
y anda bajo la bóveda derramada del bosque
si llueve o si serena.
El río no divide sus ondas, que antes une
sus menudos cristales bajo el pie de quien canta.
El puede andar desnudo,
que su canción lo viste
de belleza solar y casto escudo.
Pues todo aquel que canta
el hijo vuelve a ser que tiene herencia
de la más dulce vid, laurel y agua.
A su paso la arena se convierte
a una fe de verdor hospitalario,
los perros juegan y las lluvias sueltan
encima de las hojas su teclado.
Y al ir con su canción es como un árbol
doblando el dulce fruto de su sombra
y suspendiendo música en sus ramas.
Quien canta siempre siente cómo un ángel
está invicto naciendo en su garganta.
Del libro Laurel del Ángel (1948)
CUANDO YO DIGO AMOR
Cuando yo digo amor
identifico
sólo una pobre imagen sostenida
por gestos falsos,
porque el amor me fue desconocido.
Cuando yo digo amor
sólo te invento
a ti, que nunca has sido.
Y cuando digo amor
abro los ojos
y sé que estoy en medio
de mis brazos vacíos.
Cuando yo digo amor
sólo me afirmo
una presencia impar
como mi almohada.
Cuando yo digo amor
olvido nombres
y redoblo vacíos y distancias.
Cuando yo digo amor
en una sala
llena de rostros fútiles
y pisadas oscuras en la alfombra.
Cuando yo digo amor
crece la noche
y mis manos encuentran
para su hambre doble y prolongada
mi pobre rostro solo
repetido por todos los rincones.
Cuando yo digo amor
todo se aleja
y me asaltan mi nombre y mis cabellos
y las hondas caricias no nacidas.
Cuando yo digo amor
soy como víctima.
La inválida en salud.
El granizo y la rosa paralelos.
La dualidad del árbol y el paseante.
La sed y el parco refrigerio.
Yo soy mi propio amor
y soy mi olvido.
Cuando yo digo amor
se me desploma
la ascensión de las venas.
Sobreviene, un otoño
de fugas y caídas
en que yo soy el centro
de un espacio vacío.
Cuándo yo digo amor
estoy sin huellas.
De porvenir desnuda
e indigente de ecos y memoria.
Cuando yo digo amor
advierto inútil
la palma de mi mano ‒que es convexa‒
e increíble
ese girar soltero
del pez en su pecera.
¿Te han gustado estos poemas ? Te invitamos a unirte y participar en el taller de poesía Grupo Cero, haz click en el siguiente enlace para comunicarte con nuestra coodinadora, la poeta y psicoanalista Helena Trujillo Luque.