INVÁLIDA EN LA LUZ

Hubo cantores que,
aún sin voz,
nadaron en el espacio del vocablo,
acompañaron a los ángeles de la luz
a sus vocales tareas.
También hubo noches donde el río lloraba
por encontrar butaca entre los espejos
de un mendigo a oscuras.
Hubo corrientes de arroyos viviendo
en su desnudez de ensueños,
choque de astros en el cantar
de la rosa irreverente
alzándose
contra sus espinas.

Entre las candelas de violentos nidos
los pájaros de ignífugos uniformes
buscaban a los aeronautas en vuelo
irisando el cielo de carcajadas.
Saltaron chispas en su liberación.
Pasiones, intrigas,
un magnético engranaje,
locura del lenguaje,
versículos lujuriosos,
colección de cálidas nubes en palacios,
lanzamiento de tendederos de versos
dando refugio a sus patitas expresivas.

El ángel perdido,
aún inquieto, sin palabras,
espera la nada.

Tañen las campanas,
sucumbe en rumores de alientos,
incinera a su poeta.

Marivi Ávila

YO SOY MI PROPIO AMOR

No me provoques
Si no tienes argumento…
No me insultes
Si no entiendes mi crucigrama

Estoy abierta al amor
Se donde estar y en quien confiar
Se de quien me tengo que cuidar
Y a quien no abandonar.

Fui por la vida buscando
Obstinadamente
el amor.
No lo encontré.

Viajé, viajé…
en el silencio de la noche
más oscura
lo encontré

Dentro mío
Y no lo abandoné jamás.
Yo soy mi propio amor
al mundo, voy con mi luz y mi camino.

Arelis Juarez

TRAS EL SILENCIO

Se extienden las alas
del gran árbol de la vida
como un intento
sobre el libro mojado de rocío.
Los pensamientos flotan
sin cabeza
sobre el océano turbio
que ayer aún,
lleno de lágrimas,
era un espacio de profunda paz.
Allí nadan peces
que, primitivos,
mueven sus coloridas aletas
a través del agua enturbiada.
Y les grito tras ellos;
No saben que no sé,
no saben que soy mucho más débil,
aún menos
que ellos,
ni siquiera un huevo.

Así giran mis pensamientos
donde otros rompen el cascarón
y se lanzan a la vida.
Así caigo de todas las nubes,
me dejo caer
y hablo incluso allí
donde otros duermen siete veces
y construyen muros de saliva y madera.

¿Puede alguien decirme
cuándo se cierra la puerta
de verdad se cierra
y mi embriagada alegría de vivir
no es más que una vieja cerradura
para la que no hay llave?

¿Puede alguien decirme cuándo?
¿Puede alguien decirme?

Laura Maria Trat

LA MUERTE QUE ES DE TODOS

Irónica sentencia tatuada en la piel
de condenados dioses enanos
hincados a sus pies.
Ella flirtea como amante despechada
en ese intervalo único que es la vida.
Tiempo breve de intensos compases,
polifonía de voces danzada en mil pasos.
En los silencios su sombra colorea angustia,
en los sueños juega disfrazando fantasmas,
pellizca las ilusiones con sarcasmo,
arrebata omnipotencias macabras.
Cual artista ensaya desde el primer sonido,
marca el ritmo en cada compás,
entrelaza su cuerpo en cada figura,
esperando agónica el abrazo final.

Maria Julia Ardito

INVÁLIDA EN LA LUZ

Me dejo llevar por un tiempo fragante,
me miro en el espejo oscuro del lenguaje.
Lenguaje que hace que la ventana se pinte de azul,
que el cielo pueda ser a cuadros,
que una flor suba una escalera
y se ofrezca lujuriosa a mi boca.
A mis manos lleguen aquellos vientos
que apasionan corazones.
A mis ojos, los gritos de la muchedumbre desesperada.
Uvas cosechadas en el aljibe de tus ojos
que alborozaron mis pasos,
caminante , que busca el punto y coma,
trovador de sílabas y verbos.
Inválida en la luz, ofrezco mi imagen
a las palabras, para defender los frutos,
para defender la alegría frente a aquellos
forjadores de cadenas.

Ana Barletta