MI CUERPO ¿DE MUJER?

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MI CUERPO ¿DE MUJER?

No
No dejes que te ganen
No me dejes tu piel
Te estás matando
Para estar aquí
Te estás matando
Para estar conmigo.

No
No dejes que te corten
No me entregues tu piel
Te están machacando
Para estar aquí
Tienen armas
Para estar aquí
Tu tienes sueños.

Este planeta gira
No creas que no
No creas sus mentiras
Su televisión.
Hay belleza esculpida
En cada rincón
Hay debilidad.
No dejes que te roben
El planeta azul
No dejes que te roben
Este cielo
Este cielo tan tuyo
Tan cierto como tu
Tan grande y pequeño
Gemelo de tu alma
Abierto
Infinito.

No
No te dejes disparar
Todos cargamos con muertos
A veces, a veces
A veces necesitamos descansar
Un poquito.
Descansa, y no dejes
No dejes que te disparen
Mientras duermes.

Para estar aquí
Tienen armas
Tu tienes todo
Para estar aquí
Todo un planeta azul
Tan cierto como tu.

A todos nos atrapan
A veces
Nos torturan
A veces
Y todo lo que queremos
Todo lo queremos probar
Es algo grande.
Un juego para algunos
Un parque infantil.
Tienen bombas
Nosotros risas
Tienen armas
Nosotros sueños

A todos nos pillan.

No
No dejes que te ganen
No me dejes tu piel
Estás sacrificando demasiado
Para estar aquí
No
No me dejes tu piel.

A todos nos atrapan
A veces
A veces nos pillan
Eso es la vida
Es belleza
No dejes que te maten
Para estar aquí
Lo que queremos
Es algo grande
De esta vida.

Laura Trat

MI CUERPO ¿DE MUJER?

¿Mi cuerpo es de mujer?
¿O de qué es?
¿De nubes vaporosas que rondan mi cabeza?
O de la tierra firme sobre la que ando.
¿Es de gritos de linces lejanos?,
O de escrituras en muros inmensos,
Interminables,
Muros altos que cuentan la historia mía y de todas las mujeres.
Mi cuerpo ¿de mujer? O ¿de qué es?
De ilusiones aviesas,
De fracasos mal contados,
De historias errantes que rasgan las vestiduras de los agraciados.
Pero mi cuerpo ¿de quién es?
¿De qué es?
De diamante flamante,
O de piedra caliza que se desmorona al contacto con el agua.
Y yo ¿de qué soy?
¿De huesos y carne? ¿De sangre?
¿De las sangres mensuales?,
O de la idea que no se deja parir.
Y yo ¿qué soy?
Un cumulo de voces, de palabras,
Miles de manos a mi alrededor,
Miles de cabezas pensando al mismo tiempo, la misma idea a la vez.
Pero entonces ¿qué soy?
El firmamento de los poetas,
Judía errante,
Los indios de estas tierras,

Magdalena llorosa,
Amazona guerrera,
Bruja hirviendo en la hoguera de inquisidores inapelables,
De jueces inagotados,
Que señalan con la punta del dedo elrumbo de las mujeres, el mío.
Y nosotras ¿qué somos?
Viejas amigas en caminos contrariados,
Trashumantes de olvidadas alusiones,
De inconmensurables gozos y de infinitas ofensas,
¿Y quiénes llegaremos a ser?
Nada más que palabra,
Palabra escrita y leída por otros para nunca más volver,
Como este mismo instante en que la existencia se termina.

LïzRA

COLGADA DE UNA TRENZA

Era mi cabellera hermosa
como la de un caballo en su cuadra
midiendo su fortuna desde un mechón
en una fotografía de antaño.

Decido el escape seducida por rumores de vida
había palabras en el camino, aún sin recorrer,
que recogía como setas en otoño,
con ellas me hice un traje a medida
aunque las costuras apretaban de vez en cuando.
Mi trote por la explanada ajustó mi cuerpo
a la nueva vestimenta con topitos de ilustración.

Con el viento acariciando mi rostro,
las ataduras se hacen más ligeras,
no conozco esta libertad soñada;
en la danza de la vida desatada,
yo me pregunto por esta lujuria sin freno,
resbalo por los jugos de la vida hacia
mi trenzada autonomía;
no me reconozco en los espacios llanos
donde el trapecio increpa al rombo
en su anatomía.

Viajo a Berlín en busca de padre
sumergiendo lápices en fronteras
y pájaros que me habitan en la tela,
La lupa la coloco de costado
cual lluvia en verso
quedando tras la pendiente cotidiana.

Mariví Ávila

COLGADA DE UNA TRENZA

Quien pudiera sentir de nuevo
la caricia de las manos de una abuela.
En mi cara, de vez en cuando
siento aún sus manos ásperas,
llenas de finos surcos
por el trabajo en el campo.
Y ese aire que aún circula lentamente en mis pulmones… no se va.
Tardes de ensoñación constante me llevan al columpio de mi infancia…
Veo a lo lejos, su largo y brillante pelo cano a diario entretejido que hacía juego a su sonrisa.
Y vuelvo a estar colgada de una trenza.
Mejor columpio no existe para volver a disfrutar el paisaje abierto de su casa.
Cuanto tiempo que se fue…
La vida para unos larga, para otros corta,
se refleja en los espejos donde me miraré mañana.
Más, hoy por hoy, para ti, canto.

Dolores Granados

MI CARNE GIME

Deseo y dolor pujan
Inquietos pellizcan el abismo
allí donde la sombra muerde la muerte
y la luz ciega el sentido
El vértigo de la angustia los impulsa
y cual alas tejidas en la carne
despliegan su fuga encendida

La ilusión pequeña de ojos grandes
colgada de una trenza planea
en cielos azules de días claros
en noches oscuras entre mantos de estrellas
Se desliza sobre rayos surcando tormentas
Surfea en mares bravos
Ama el ocaso rojizo sobre las olas
Bucea en las profundidades
bordeando los míticos misterios del submundo
alimentándose de los secretos de dioses escondidos
Canta la música nostálgica de Orfeo y
danza feliz sobre las blanca espuma
Otro sabor lleva impregnado en su cuerpo a los bosques
donde aquella mujer anciana la espera
para mecerla en su regazo
y en místico silencio sonoro
renacer lentamente en sus relatos.

Maria Julia Ardito

MI CARNE GIME

Mi cuerpo gime.
Heridas sangrantes,
Cuerdas en brazo de guitarra
Quedaron tatuadas
En las piernas atadas
A través del tiempo.

Los pies lucen deformaciones
Chiquitos,
Como pies de bailarina.
Como pies de nina
En cuerpo de mujer.

Soy una mujer
Y busco mis arpegios.
Para no llorar
Por lo perdido.

Ni el tiempo
Ni las marcas
Ni la sangre
Sino melodia.

Mi nombre es mujer
Soy todas
Soy el grito silenciado
La que fue negada, disfrazada.

Quemada
Soy, la mano que escribe
La mirada que habla
La frente que se levanta.

Arelis Juarez.

MI CARNE GIME

Mi carne gime entre los pliegues de tu risa
tatuaste en mi piel aromas de jasmín,
cuando vuelvas te recibiré con mis mejores galas,
te recibiré vestida de versos.

Soy ahora papel escrito,
ahora puedo soñar con un amor sin culpa,
con un amor construido sílaba a sílaba,
latido a latido.

Porque entendí que el amor
es un cerezo que se abre a la primavera del verso.

Ana Barletta


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