DAMASO ALONSO, PEDRO SALINAS, MIGUEL OSCAR MENASSA, OTROS.

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DAMASO ALONSO

DESTRUCCIÓN INMINENTE
A una rama de avellano

¿Te quebraré, varita de avellano,
te quebraré quizás? ¡Oh tierna vida,
ciega pasión en verde hervor nacida,
tú, frágil ser que oprimo con mi mano!

Un chispazo fugaz, sólo un liviano
crujir en dulce pulpa estremecida,
y aprenderás, oh rama desvalida,
cuánto pudo la muerte en un verano.

Mas, no; te dejaré… juega en el viento,
hasta que pierdas, al otoño agudo,
tu verde frenesí, hoja tras hoja.

Dame otoño también, Señor, que siento
no sé qué hondo crujir, qué espanto mudo.
Detén, oh Dios, tu llamarada roja.

Puedes encontrar otros poemas de Damaso Alonso, en el siguiente link: http://www.las2001noches.com/n143/p4.htm

 

PEDRO SALINAS
AMOR, AMOR, CATÁSTROFE

Amor, amor, catástrofe.
¡Qué hundimiento del mundo!
Un gran horror a techos
quiebra columnas, tiempos;
los reemplaza por cielos
intemporales. Andas, ando
por entre escombros
de estíos y de inviernos
derrumbados. Se extinguen
las normas y los pesos.
Toda hacia atrás la vida
se va quitando siglos,
frenética, de encima;
desteje, galopando,
su curso, lento antes;
se desvive de ansia
de borrarse la historia,
de no ser más que el puro
anhelo de empezarse
otra vez. El futuro
se llama ayer. Ayer
oculto, secretísimo,
que se nos olvidó
y hay que reconquistar
con la sangre y el alma,
detrás de aquellos otros
ayeres conocidos.
¡Atrás y siempre atrás!
¡Retrocesos, en vértigo,
por dentro, hacia el mañana!
¡Que caiga, todo! Ya
lo siento apenas. Vamos,
a fuerza de besar,
inventando las ruinas
del mundo, de la mano
tú y yo
por entre el gran fracaso
de la flor y del orden.
Y ya siento entre tactos,
entre abrazos, tu piel
que me entrega el retorno
al palpitar primero,
sin luz, antes del mundo,
total, sin forma, caos.

Puedes encontrar otros poemas de Pedro Salinas, en el siguiente link: http://www.las2001noches.com/n149/p5.htm

 

GIUSEPPE UNGARETTI

LA PIEDAD
1
Soy un hombre herido.
Y yo quisiera irme
y llegar finalmente,
piedad, a donde se escucha
al hombre que está sólo consigo.
No tengo más que soberbia y bondad.
Y me siento exilado en medio de los hombres.
Mas por ellos estoy en pena.
¿No sería digno de volver a mí?
He poblado de nombres el silencio.
¿He hecho pedazos corazón y mente
para caer en servidumbre de palabras?
Reino sobre fantasmas.
Hojas secas,
alma llevada aquí y allá…,
No, odio el viento y su voz
de bestia inmemorable.
Dios, ¿aquéllos que te imploran
no te conocen más que de nombre?
Me has arrojado de la vida:
¿me arrojarás de la muerte?
Quizá el hombre también es indigno de esperanza.
¿Hasta la fuente del remordimiento está seca?
El pecado, qué importa
si ya no conduce a la pureza.
La carne apenas recuerda
que tuvo fuerza una vez.
Loca y gastada está el alma.
Dios mira nuestra debilidad.
Queremos una certeza.
¿Ya ni siquiera te ríes de nosotros?
Compadécenos entonces, crueldad.
No puedo seguir amurallado
en el deseo sin amor.
Muéstranos una huella de justicia.
Tu ley, ¿cuál es?
Fulmina mis pobres emociones,
libérame de la inquietud.
Estoy cansado de gritar sin voz.

Para continuar con la lectura de otros poemas de Giuseppe Ungaretti, puedes acceder al siguiente link: http://www.las2001noches.com/n151/p11.htm

 

MIGUEL OSCAR MENASSA

LÍMITE OTRO: LA LOCURA

Hoy como nunca
amé mi cuerpo en soledad.

Hoy como ayer
fui el amante infernal.

Hoy no llegué muy lejos.

Caminé todo el día
dando vueltas
adentro de mi pieza.
Mi padre
cantaba en árabe
con voz alta
hermosa.

Ensayé algunos pasos.
Movía con ternura mis manos
por delante de mi cara.
Mis movimientos
eran sensuales y ligeros.

Arranqué de la higuera
las pequeñas brevas marinas
y me tendí al sol.
Dejé que el desierto
invadiera mi pieza.

Yo era el camello azul que galopaba
sin agua y sin amor por el desierto.

Arena fugaz y seguía galopando,
el tiempo
se encorvaba sobre mis espaldas
y después
un paso de baile
aquel movimiento
como una ceremonia
y dejaba caer
una joya a tus pies
señora locura
y tú prisionera
envilecida en mi mirada
te arrastrabas
entre las cadenas
mis lágrimas,
acero y piedra
y no podías
salir de este poema.

Me arrastré
contigo a tu compás.

Después forcejeando
nos caímos
por la ventana abierta
hacia los cielos
y nos estrellamos
como se estrellan
los grandes hombres
las grandes mujeres contra la tierra.

Y nos besamos y reímos,
de nuestra torpeza para volar.

 

Juntos
llevados por la manía
de acompañarnos
pedimos limosna:
alas
para estos pobres
pájaros sin alas.

Y nos nacieron hijos
como nacen
las grandes orquestas de la noche.
Y brotaron de mis manos poemas
como cataratas de silencio
y nosotros
seguíamos practicando
en nuestra pieza
el vuelo de los pájaros.

Lográbamos vuelo atómico,
tus ojos
en la inmensidad marina
vagina motora
volando contigo infinita
golpe de amor contra la vida.

INSTANTE instante
y perforabas la pared y huías,
siempre hacia el porvenir.

Antes de partir
dejabas una flor
mirada de terror
clavada en mi mirada.

Habrá catástrofe esta noche
y cada vez
volabas más alto todavía.

En ese vuelo
más allá del cielo
modificabas el rumbo
de los astros celestes
y el rumbo
de los oscuros astros negros.

Instante
amado
instante
el fin del mundo será nuestro.

Perlas como alcántaras
como toneladas de pasión,
contra los ojos
del gran timonel de los espacios.
Brillantes perlas de marfil
cerrando el paso
de la marcha del hombre
hacia la muerte.

En el siguiente link, puedes escuchar el anterior poema leido por el autor:https://www.youtube.com/watch?v=eGcNaGTDf0E

Puedes encontrar mas poemas de Miguel Oscar Menassa en el siguiente link: http://www.las2001noches.com/n140/p8.htm


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