ESTE VAGAR INQUIETO

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ESTE VAGAR INQUIETO

Hace ya tiempo
que mi niñez se ha quedado atrás.
Y, con ella,
los días más largos
cuando recogiendo granadas
en lo que fue mi casa,
el sol me acariciaba
con fuerza en la cara.

Hoy noté
que a mis pasos
ya no les acompaña la prisa…
La prisa por llegar.
La prisa por crecer.
La prisa por conocer lo que es amar.
La prisa por cantar
para no aturdir a la última brisa de la tarde.
Hoy las granadas ya no están
a diario
en mi mesa
como antaño.

El sol aquí
no me pica en la cara.

Solo permanece en mí
este vagar inquieto
de esperanza en el mañana.

Dolores Granados


ESTE VAGAR INQUIETO

Sueño de calles nacientes
En las que vagaba perdida,
Eran calles de colores opacos,
De ocres mal iluminados,
La gente caminaba sobre tierra suelta,
Tierra volátil que inundaba los ojos,
Los hacia llorar,
Había algo de abandono profundo en el aire,
Un desasosiego incierto,
Una muerte esperando atacar.
Los árboles, testigos de la risa de niños,
Del llanto de mujeres,
Del trabajo de los hombres,
Del olvido de los abuelos,
Los arboles parecían no reverdecer.
Aquel acantilado, a veces húmedo, a veces oscuro,
Encaminó mis pasos,
Pasos de niña inquieta,
De niña vacilante ante la mirada del mundo.
Lo erosionado del espacio
Impulsó este vagar inquieto,
El que me acompaña hoy,
El que me mostró un mundo desconocido,
De intemperies difusas,
De códigos impensables,
El que me muestra los dientes
Y las garras y me gruñe,
Solo espero una cosa de este mi andar inquieto,
Que me enseñe,
De donde sacar la fuerza para no sucumbir,
Para no rendirme,
Ante el desastre, ante la ignominia,
Ante mis abismos y el infierno de los otros.
Mi vagar inquieto dice:
El dolor mayor es no amar,
Ama lo que sea,
Hasta el vidrio afilado que hoy se retuerce en tus entrañas,
Ama la vida, porqué tienes una y no más,
Porque el dolor es pasajero,
Por que no hay nada que explicar.
Mi vagar inquieto me resucita,
Me recoge de la ceniza,
Aviva mi pequeño tizón,
Me enciende una hoguera en el centro de mi corazón.

LïzRA


ESTE VAGAR INQUIETO

Se que dices que no
Cuando yo digo si.
Yo que conozco
Tu vagar inquieto.
Tu deseo y tu miedo
Tus ganas locas de quedarte
Y tu terror
Al enfrentarte al vacío.
Yo que conozco tu pupila inherte
La mano que se mueve para despabilarte,
Para decirte que si
Aunque anticipadamente
-de memoria lo se-
Me volverás a decir que no.
Entonces, te dire:
Yo, seré la lámpara de tu mesita de noche
La aguja y el hilo que te surce
La piedra que se mueve
La cita que te espera
Hasta que te convenzas
Aunque te tiemblen las piernas
Y digas, por fin: que si.
II
Vuelve
Vuelve de ese mundo
Donde solo habita el silencio.
Vuelve
Y toca con la punta azul de tus dedos
Mi mano tibia.
Esta noche
Cuando los espejos se pierden
Y estoy en soledad
Abdico de mi personalidad
Para ser toda del poema.

No me importa que la fuente
Se convierta en hilos de seda.
Mi mano ya no cede,
Ya sé que existe el egoísmo.
“Existes soledad”
Voy a comer una tortilla
Y alguien creerá que tengo hambre
Yo tengo el mejor alimento
Tengo vino y odres nuevos
Y un pecho firme
Para el que crea que voy a mendigar.

Arelis Juarez


ESTE VAGAR INQUIETO

La cornamusa explora su nombre bajo
la montaña cíclica de asfalto, enterrada
en su vaivén de fruto consentido,
resuenan sus notas silvestres en las bocas
del cielo de los mendigos.
Cuando germine su música,
un ave croará en sus mejillas color lumbre,
explorando la noche, así venga desplomada
en los miradores de su isla.
A veces, sus alas se confunden con la lluvia
en noches de planetas con vistas a las estrellas.

Sólo será materia cuando unas manos
sostengan su latido,
entonces habrá mujer no disecada
afinando las cuerdas del viento
o de una calabaza hueca
con cortezas de limón
y el erotismo entre las botellas.
Su mudez se entibiará cuando se desordene
entre quejidos que no se parezcan al ruido de las bombas
entonces, metida en sus zapatos de pasos rápidos
no habrá camisa de fuerza que sujete su papel.
Como mineral descubierto
recolectará su vibrato en las uvas
de la alborada.

Mariví Ávila


ESTE VAGAR INQUIETO

El español persiguiendome
con una mirada casi lanzándose
lazando un grito desgarrador.
Que es esa luz ?
De donde viene aquel reflejo, resplandor
que ilumina mi espalda,
el revés de mi cara
y el calor acariciandome
oh dulce máscara de amor
donde están tus hijos
diles que vengan a por mi.

Y en casa la ama
fregando los platos, fregando
la cara de fideos secos,
y la ropa con lejía.
Roja el agua que salpica
blanco el azulejo
blanca la blusa de vestir.

Viene el hombrero,
hombre u obrero,
viste un traje de labrar
mugre disecada en los plieges
de la piel, endurecida.

Fin de jornada
La calle se llena
de alivio y de alegría
El dinero que mañana se gana
ahora se gasta.
Damas y caballeros,
comienza el buen vivir.

Y en casa ama
en casa la aman
en casa.

Laura Trat


ESTE VAGAR INQUIETO

Extraviados de lenguajes comunes,
hay pensamientos estrábicos
en lugares dispersos,
que beben en fuentes ordinarias.

Dibujando un horizonte
de lineas discontinuas,
te enredo en paisajes
sin costuras.

Mi madre tiende la ropa
en las terrazas donde palpita
el alma de todas las vecinas.

Este sábado de sol en los portales
y escalones fríos como iglesias,
para disimular la alegría
que hiere a los dramáticos.

Acompañada de una felicidad incauta
salto en los charcos de la realidad.

Le hago burla a la amargura,
mientras la respeto sin motivos,
me la estoy ganando,
un día mi vida será mía.

El tiempo me pone a escribir
para dar espacio a los caminos
que todavía no se han abierto.

Anacrónicas serpientes,
traen en las escamas,
sílabas que cambian de piel
extranjeras en su casa.

Mónica Herrero


ESTE VAGAR INQUIETO

Este vagar inquieto fueron tus ojos niños,
Mis ventanas de granito perfumado abiertas a tus caricias.
Tu lengua buscando paisajes de carne y hueso,
Mis dedos aprendiendo braille en cada huella de tu historia.
Tu miembro inventando concavidades imposibles,
Mi territorio lleno de pozos para tu sed.
Eso no fue amor, mi vida, fue repetición,
Cuando te veía tan solo me miraba a mi cual Narciso enamorado.
Amar y morir amando y volver a amar muriendo
Tiene tu nombre y el mío a fuego en los juegos de mi alma.
Tu pelo, tus ojos, tus labios, tu pecho, tu torso, tu culo,
Tus muslos, tus brazos, tus manos… la cadencia de tu palabra,
Tu palabra enredada, juguetona en tus labios de néctar;
Yo hipnotizada esperando ese manar de voz, lava candente,
Brotando del volcán de tu respiración.
Madeja de lana desmadejada de nuestras locas mañanas;
Locas mañanas que ya no son mañana, que son ayer,
Que son hoy, que son siempre que pronuncio tu nombre…
Tu nombre que eres tú y yo por siempre.
Te amo por lo que me diste;
Porque lo que tú me diste no se puede dar.
Y sabiendo que fuiste un sueño, un espejismo,
Nadie como tú podría ser mi sombra en mi mansión encantada.
Por eso siempre irás de mi mano
En este vagar inquieto del tiempo de mis días

Henar Hidalgo

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