ESCRIBIR ES UNA MALDICIÓN QUE SALVA
Escribir en una mala dicción de malva. La malva con sus corolas y sus colores a modo de botoncitos de ojos observando sin lagrimones de rocío. Pero este camino, cual partida de ajedrez perdida, me moja los zapatitos de lunares locos disparados al éter.
¡Agravio de estar vivo! ¡Segundo a segundo vivo!. Con una cuchara se llena un corazón de pecho hasta que naufrage la esponja marina, toda de sal y pena. Bob Esponja. ¡Qué tontería un pecho lleno inundado de sentimientos en ciclón!. Camino en cubo cuadrado, bebo y vivo en cubo redondo. El cubo es cuadrado y redondo y no pasa nada. ¡Algarabía de colas de lagartija desprendidas bailando! Verde miel y ocre aceituna.
Una vez me perdí dentro de una malva y el día se hizo color. No necesitaba abrir mis torpes ojos lacerados. Allí todo lo tenía; rocas y más rocas transparentes… translúcidas. Respiraba con las antenas de las hormigas y horadaba el dulzor del pétalo resquebrajado de mimbres. Las flores encendidas por las miradas de los ojos de los inquietos niños.
Donde hay amarillo ellos ponen fuego, donde hay rojo ellos ponen sangre, donde hay negro ellos se descuelgan aterrados hacia un vacío abismal de infinito tiempo desintegrado en bocas, en insectos, en fulgores extinguidos.
Cuando todo esté perdido, cuando la boca del gigante y el ojo del cíclope estén más abiertos, llenaré las palmeras de mis manos de agüita fresca y tú podrás beber de esa fosa profunda que un día será guitarra y otro día espantapájaros de un mañana ignoto, anónimo, oculto, siempre irreconocible por inédito, siempre novedoso por extraño, siempre forastero por oculto, siempre intruso por inexplorado, siempre enigmático por secreto… la semilla dorada de un espejismo.
Henar Hidalgo Riol
ESCRIBIR ES UNA MALDICIÓN QUE SALVA
Están al acecho los habitantes del mundo escondido
Añosos moradores de misteriosas profundidades
Energías amenazantes en pugna
Juglares acróbatas
Filósofos inquietos
Brujas místicas
Esperan el momento y tiempo de fuga
Vértigo y placer experimentan
Confusión y desconcierto
El aquelarre dictamina la transgresión
Se hará en la noche oscura cual disfraz adecuado
En la piel vulnerable sensible y frágil
En La angustia negra y voraz
Entonces cual kairós apocalíptico
y volcán en celo
Atraviesan seductoras las murallas medievales
Arrebatan la escena
Dibujan colores
Ríen de placer
Lloran conmovidas
Y la mano temblorosa, cual escriba entrenada
y cómplice ejecutora
pinta en palabras la hereje insurrección.
Maria Julia Ardito
ESCRIBIR ES UNA MALDICIÓN QUE SALVA
Monta los hábitos del tedio,
rompe un escándalo de hielo,
caldea los platos rotos,
inaugura los sueños.
La palabra fantasma
tendida al sol de invierno,
la palabra amor
sumergida en la fontana di trevi,
la palabra cuerpo
escrita en un leve temblor.
Quirófano híbrido de teclas
llena la mesa de lápices y escalpelos,
el reloj monitoriza mis pulsos,
escribo un poema que se va por las nubes.
Un hormiguero silenciado,
una colmena sin reina,
papeles sin archivo,
poetas por el aire.
¡Recoge las palabras!
-me grita mi padre.
Me mareo con la palabra azul,
me desmayo con la palabra transida,
con sólo seiscientas letras
me quedo muda.
Está todo escrito,
epitafio de los tibios,
solemne abogado de oficio,
estamos salvados.
Escribo y digo para siempre.
Mónica Herrero
ESCRIBIR ES UNA MALDICIÓN QUE SALVA
Sumergida entre palabras
Ráfaga de frases inconexas,
Mirada de interlinea,
Letras liquidas desbordando al aire,
Acarician mis manos
Marcan, hieren, hacen cicatriz,
Habitan la medula de mis días contados,
Alineadas, sobornan al tiempo,
Reblandecen y sofocan los hierros de la hiel,
Fustigantes de mi mente,
Revela en su andar la dulzura de las flores,
Aclara el vahó inmenso de oscuros rincones,
Linda y hechicera.
Sucumbo ante la inmensidad de su cosmos,
Navego entre estrellas y rocas,
Entre aguamarinas y abismos.
Solo ella me salva,
Solo ella se lleva consigo la amargura del tiempo,
La desdicha de lo incierto,
Se hace historia y carne,
Pájaro y cruz,
Luz de la mañana de alas frescas,
De formas perfiladas,
Escalera interminable,
Salud en el gozo.
Plegaria eterna,
Bendíceme con tu maldición,
Ahógame en tus ruinas
Que quiero renacer contigo,
Mi amuleto.
LïzRA
ESCRIBIR ES UNA MALDICIÓN QUE SALVA
Maldita flor, pequeña rosa
corazón indómito
a donde vas
flor querida,
mi linda desesperación.
Vuelve conmigo
que me has partido
latiendo lejos de mi.
Las venas del horizonte
tu
con el poder sobre mi
yo
nadando perdida
en un mar sin sentido
esperándote.
Escribir,
escúchame voz perdida
en el espacio sin fin,
escribir es una decisión precisa
una fuerza de amor futuro
que nunca será.
Más allá
una salvación particular
igualmente lejos de ser confundida
con la vida.
Viva!
Aviva esa manera de pensar
esa forma de llevar a pasear
el sombrero fatal
que como mil promesas pesa
y al final te condena
a vivir su limitado parecer.
Escribir es una maldición que salva
un paso más, después del diluvio
un cuento sobre el cuento
un momento de detener lo indetenible
y estar suspendida en el paso del tiempo.
Inscrita para los que vienen,
sin peligro para los que están.
Escribir es una forma de actuar
sin explotar
una forma de realizar
sin manchar
frentes ajenas
con lágrimas de pena,
una forma de vivir
con lo que estaba
el juego que faltaba
para ser
ser cada día de nuevo
un nuevo amanecer.
Escribir es una manera de poder disfrutar,
la mañana intacta,
y sin molestar
el mundo afuera
que no sabe de gloria
dejarle criar
su propio azar.
Escribir,
oh, maldita pasión indómita,
escribir es una exageración
una aventura que nunca se cierra
ni se vivirá,
escribir es una decisión que salva.
Laura Trat