LA FAVORITA HIJA.

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LA FAVORITA HIJA

a J G

El café del desayuno es una noche de cálidas lunas,
cuando me descifras en hojas de piel.
Tocas los acordes del laúd universal,
cuando me deshilvanas en pétalos.

Somos los hijos favoritos de la madre tierra,
de la madre luna,
cuando nos habitan soles,
cuando nos recorren selvas.

Somos los amaneceres,
los favoritos hijos del sol,
cuando las arenas húmedas
se pueblan de murmullos silenciosos.

Cerramos las persianas,
y la mañana se pobló de estrellas.
Cuando vuelvas susúrrame tus silencios,
yo prepararé café vestida de versos.

Ana Barletta

 

LA FAVORITA HIJA

La que recuerdo ya no es.
Murió en una lágrima que
zurcía silenciosa la parte que le tocó de la tarta.
nunca obligó al ósculo nocturno para el retrato,
ni al abrazo diario, ni al despertar en la cocina.

Las libretas de magia las venden en anticuarios.

La hija favorita finge nadar en el mar de nubes
que sujeta la montaña.
Sus patas de araña, en laberintos de arena,
acarician el aire
para que tigre y león desaparezcan
con su paloma blanca en el bolsillo.

Amanece la luz de Goya y simula estar en Babia,
o en el salón donde Neruda feminiza la lluvia.

A veces tropieza con jaulas de asfalto
melodías marchitas,
palmas vueltas hacia el cielo,
pies en templo de cátedra dislocada,
códigos mágicos desplazando emociones
tajadas de vida nacarada
más allá de la vida,
y se guarda los pecados bajo las sábanas
junto a la inocencia del perfecto perdón.

La preferida hija se pregunta:
¿Tender la frente en los cordeles del misterio
cegando el ímpetu de rebelde adolescencia
en su desnudez de violín sin cuerdas?
¿Cerrar los ojos a galopes minerales
en erupción volcánica
si sus labios de luna desaparecieron en la jofaina?

¿Sería un seco tomate en la despensa,
flor de humo simulando cenizas,
o piedra inerte tomando soles helados?

¿Quizás quisiera ser joya que refleja un mundo paralelo
torrente vital o periscopio vislumbrando semillas
en proyectos de futuro
y beber de esta sinfonía universal?

Difumina las imágenes pasadas.
Y abraza a la osada hija favorita.

Mariví Ávila

 

LA FAVORITA HIJA

La favorita hija de mamá y papá;
La de cabellos lacios dorados y ojos color mar.
Sus otros hermanos, chicos todos,
No le llegaban a la altura de sus enaguas.
Pero ella hechizaba apenas
Con el brillo de su negra cabellera
Que bailaba la melodía del viento.
Como era hija única de madre soltera,
Cuál estrella en el firmamento,
Todas las atenciones y caprichos,
Iban para su hermana mayor,
Pero ella y sus enormes ojos miel,
Eran los predilectos, los consentidos.
Todos decían que el exceso de mimos
Era inconveniente y peligroso,
Pero sus abuelos esperaron ese bebé
Durante largo y largo tiempo.
Cuando por fin llegó
Las lágrimas de alegría
Bañaron su pequeño cuerpo.
Ninguno de sus progenitores era hermoso,
Pero ese niño se asemejaba a un querubín.
¿¡Qué digo se asemejaba!?
Superaba a la Corte Celestial de Querubines
En la albura de su piel, sus arreboladas mejillas,
Y su ensortijada cabellera.
¡¡Todo él tenía alas!!
Y esas alas sustrajeron toda la voluntad de sus padres,
Y esas alas derrumbaron todas las resistencias de sus padres.
¡Por fin el niño varón que tanto habían deseado!
Su minúsculo paso hacia la eternidad.
Y ese pequeño mulato de clisos de carbón
Fue el hijo favorito;
La alegría de sus días,
El temor de sus noches.
Posiblemente fue una ponderosa responsabilidad
Todo ese exacerbado amor parental.
Con cada concesión, con cada derrota
La vanidad se hacía mayor.
Ya no había nada, absolutamente nada,
Que me pudieran negar.
Cuando papá peinaba mis largas trenzas castañas
Entendía perfectamente que él moriría de pena
Si yo algún día se las retirase de sus manos
Pues solo me tenía a mí.
Yo era sin duda alguna la favorita hija

Y estaba dispuesta a sacar rédito de esto
Sin ningún tipo de escrúpulo.
Por las mañanas siempre me levantaba
Antes que nadie,
Me duchaba y me afeitaba rápidamente
Para cuidar a mi madre inválida.
Todo lo hacía con gusto por el amor que le tenía.
Y aunque sus labios permanecieran definitivamente sellados
A mi me serenaba mirar
Sus finos cabellos de ámbar y sus ojos color laguna.

Henar Hidalgo Riol

LA FAVORITA HIJA

¿Cuál es el mayor sueño de un hombre?
¿Sentirse amado? ¿Sentirse admirado…?
Diría así de primeras, que podría ser
sentirse amado por su esposa
y admirado por la favorita hija.

¿Sabemos si ya alguien ha buscado
respuestas a esta pregunta…?
Nunca me había detenido yo
ante esta interrogante…

¿Es capaz mi propio padre
de albergar a tres hijas en su corazón?
Y más aún ¿el amor
de otros dos hijos varones?

La cuestión es que,
más que imaginar
pequeños departamentos intrínsecos
dentro de ese corazón incondicional,
existe otra interrogante
que nos mantiene alerta
ante triunfos y fracasos.

¿Soy la favorita hija del talento
que me ha sido entregado?
¿Soy la favorita hija de la vida?

Y esta sí es
la verdadera cuestión palpitante…

Dolores Granados

 

LA FAVORITA HIJA

Primer Intento

Su vestido era un candor
Llena de gracia
La favorita hija del bosque.
Los pájaros, emitían bellas melodías
A su paso lleno de inocencia.
Al perderla,
Se vistió de harapos
Su alma diafana
Se cubrió de sombras.

Sobre el lago del bosque
La luz se vistió de sombra
El frío del invierno
Cubrió de gotas heladas
Las hojas de los árboles.

A la orilla del lago
Se sentó
Y una gota de sal
Se sumó a las gotas de las hojas.

Segundo Intento

La noche trajo el aroma de azahares.
A pesar de la oscuridad
Hay un brillo refulgente
Que me hace despertar.

Son sus enseñanzas
Las que traté con desdén
Porque por favorita
Pretendi y calculé.

Pero no hay cálculos
es imposible contigo.
Tu amas solo lo que a dejar de ser
se está dispuesto.

Arelis Juarez.


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