REIVINDICO EL SUR
En tu máquina de escribir, allá en el sur, los
anhelos tenían sabor a café en las tardes
tempranas.
En tu máquina de escribir,se poblaban de risas
los punto y aparte, punto y seguido.
Como un animal de palabras quiero recordar mi
sur entrelazado con las margaritas de mi abuela
Juana.
Quiero recordar mi sur en la historia, temblaba
frente al ibiscus amarillo.
Mis selvas juveniles no se detenían, surcaban
ríos caudalosos.
Mis cigarras no dejaban de cantar
y en tu máquina de escribir yo tecleaba estos
Versos.
Ana Barletta
REIVINDICO EL SUR.
La razón de perder el norte,
desde un castillo mozárabe
conquistando especias
de callejones con sabor a piel.
Te recuerdo en el torreón,
con piedras en los bolsillos,
para bajar a tus pies
por alfombras persas.
La luz de los membrillos,
en surcos de tierra húmeda,
conforman las manos
de venas profundas.
Los tambores atados al pecho,
saetas en los balcones,
vibran en el ombligo del serengueti,
con la arena de los hombres azules.
Mientras espero un cielo protector,
de un creador de justicia,
que se impone como el sol,
en el silencio de las cumbres.
Palabras que iluminan el corazón,
pegadas a la roca,
de playas vírgenes
donde no llegan los contrastes,
sólo azul,azul,azul.
Monica Herrero
REVINDICO EL SUR
Soy
una racha de luz, soy
un antes y un
perdón, no he podido ser
perdón.
Mi madre
la más bella de todas
quería ser
y lo es.
Ahora cuando miro al sur
la siento,
lo siento,
sur no he podido ser
y llamo a las demás madres
digo a cualquier mujer del sur:
quiéreme como a una hija
y enséñame a trabajar.
Laura Trat
REIVINDICO EL SUR
Me acosa una belleza inalcanzable
dispuesta a llegar a mi aldehuela.
Apañusca manzanas sin morder,
ilumina mi piel casi de nube,
y transporta elegancia
hacia esa lejanía
donde la inocencia
se convierte en delgado espejismo
o en la bruma de mis vivencias ilusorias.
En la línea fronteriza
entre la sed de las palabras
o la verdad desnuda,
el tru-tru de un cisne trompetero
me llamaba desde el centro del lago.
Acudí casi volando por ver si era esa
la belleza que me tocaba,
pero, se interpuso en ese encuentro
un demonio deprimido:
su esencia peligrando
en su trono vacío,
sus alas de ceniza
acostumbrado al sacrificio,
el único testigo de un paisaje desolado
de su naturaleza oscura,
de su soledad arrepentida,
de su eterna trascendencia.
Sería mejor viajar al Sur.
Crucé fronteras sin alas
me brotaron mariposas en las manos
con las que escribo poemas,
ojos de cigüeña
sobre fuentes descubiertas.
Alcancé a ver un fresco campo azul,
¡cómo no pintar un cuadro!
en ese hábitat dorado
con esa fragancia de sol
con mi curiosidad de selva
distribuyéndose por arroyos de boruja
y berros que no crecen
en los bancos de los condes.
Transformé el borboteo de mi corazón
en símbolos de amor
donde se disipa la noche oscura,
allí ya nadie podrá agotar
los tesoros encontrados,
esa es la frontera,
el lugar donde crece, con ternura,
mi indagadora mirada.
Mariví Ávila.
REIVINDICO EL SUR
Verdes telones encienden la mirada,
Aires frescos, lluvias livianas mojan terregales extensos,
Las mujeres, levantadas cuando canta el gallo
Moldean masas de universos infinitos,
De sus manos brotan planetas, estrellas, esferitas de colores
Que alimentan las barrigas de sus niños.
Sus pieles morenas, relucientes,
Llevan la historia de los milenios,
Los cantos de los antiguos,
Los encantos de la tierra y el sol juntos,
De las plantas que curan, de los mares que abren mundos.
Alas azules y rojas, les refrescan como abanicos vivos trepados en las copas
De los árboles de la noche,
Del follaje oscuro emerge el rugido de jaguares y cenzontles,
Emblemas de la gente sin pan, sin territorio,
De muertos sacados de su tumba,
De desaparecidos espectrales,
De héroes sin medallas.
Frutos amargos y dulces dan las tierras del sur,
Porque existe, contra el tic-tac del reloj universal,
A disgusto de los dueños de la tierra,
Con sus misiles y sus trajes,
Con su bien hablar y sus enciclopedias,
Ignorantes de las raíces que se hunden en el corazón del planeta,
De historias estridentes que una vez escuchadas no se pueden olvidar,
De tardes bajo un árbol rojo con manjares de tortillas y sal,
Juego de canicas en medio de pastos crecidos,
Entre resplandores valientes y felinos,
Chamanes echando el destino al azar.
Libertad de campo abierto,
Surcado por el tiempo sin tiempo,
Tiempo medido por la fragancia de la hierba,
Por los ojos líquidos de los animales,
Por la mirada alineada de la vía láctea.
Regresa siempre al sur,
A su sencilla abundancia,
A sus emanaciones de cultura profunda,
De grieta abierta,
De voces en lucha,
Despiertas, desparramadas, más allá del sol.
LïzRA
REIVINDICO EL SUR
De un sur donde se tejen las hamacas
Las redes para los pescadores
Donde se labra la tierra para cosechar la caña,
De ese sur con puertos que conectan con mundos lejanos…
De ahi provengo.
Llegue a tierras donde el frío pone blancas las montañas,
Por mi sangre corre la savia del maíz
Así fueron hechos los hombres de mi raíz.
Fui barro y me desintegre
Fui un ensamble imperfecto de maderas
Vacia
Sin sentimientos que hablaran de la humanidad
Por eso los dioses dijeron: maíz
Serás hecha.
El sol despierta la mañana del alfarero
Del obrero y del campesino.
Ellos serán siempre lo mismo
Ya los conocemos
Como el color de sus coronas.
¿Nosotros seremos los mismos?
Nos reconoceis?
Nos ponen sus cargas en el lomo
Y no se nos acobarda la risa.
Somos los de abajo
Y venimos a deciros
Estamos como pájaro en la copa del árbol
Movido por el viento.
Del viento nace
el canto de lo que no pueden callar.
No somos uno
Así dice el Popol Vuh
Somos todos
Ay del que se quede atrás
Y no se levante.
Arelis Juarez
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