EL TRIUNFO DE EXISTIR
I
Tuve un sueño apasionado.
No fue posible.
La noche se pobló de estrellas
divisadas desde mi ventana.
Una antorcha visitó mi puerta
y una luciérnaga se posó en mi corazón.
Tengo un deseo apasionado.
Existes corazón
Lates dentro de mi
Me haces nacer de nuevo
Alzo mi mano, tomo el papel y escribo.
No tengo miedo
más que de mi misma.
Algún viento me separara de mi
y me estremezco
II
Tejido a tejido
Te formas en el vientre
De tu bella Madre.
Yo, Tejo una cadena,
Tres pilares, un espacio,
ahi pondré un listón de color.
Colores, debe haber colores
Para tu tierno cuerpo.
Quizá se esté formando tu corazón,
Quizá tu talento
Algún rasgo de tu madre
Quizá la seriedad de tu padre.
Llevamos algunos años esperándote.
Esas cuestiones del deseo.
La gestación es un proceso lento
Habitan estrellas más allá del firmamento.
Tu traes vientos de reconciliación
Tu portarás la alegría
El perdón
El triunfo de existir.
Arelis Juarez
EL TRIUNFO DE EXISTIR
¡Existo! ¡Qué presente tan vital de indicativo singular!
Una sola palabra y cuanta transmisión, cuanto eco
¿Fue el milagro del genoma que dio nombre a mi organismo?
¿Quiénes armaron la ecuación
de esta compleja estructura?
Estructura de palabras,
frases, pétalos,
láminas de cristal,
construcción vital,
vientre de sol,
dorada asimetría
donde levantar cada día tu hospedaje,
te yergues en la alegría de existir,
multiplicas ese relámpago
que avanza y retrocede al mismo tiempo
pero siempre está ahí,
como semilla bien plantada.
Eres como el río que no se conforma
con esa silueta de ave amaestrada,
te mueve el verbo,
desfiguras el rumbo primero
y nunca eres tú mismo.
Ni las chispas de luz que el sol refleja en tu manto
ni la danza de las estrellas en la oscuridad de la noche
te despueblan de inquietudes.
Las melodías que transportas
vibran más allá del alma,
Cuando ese fuego llama a la melancolía
e insiste en volverse ciego
abrazas con tus amplias curvas a nuevos ríos
nutriéndote de nuevas fuentes minerales.
¿Has sumado alguna vez este triúnfo
a tus registros contables?
Dime genoma,
háblame de mis inmersiones en la vida.
Mariví Ávila
EL TRIUNFO DE EXISTIR
Todo parece extraño cuando una existe,
Todo propio y ajeno,
Todo agobiantemente maravilloso.
LïzRA
Me late el corazón, respiro,
En el silencio de los días sé de qué estoy hecha,
No soy sola,
Generaciones enteras marchan a mi lado,
Me enaltecen, me envenenan,
Recibo dones y desprecios,
Marcas, para bien o para mal.
Un deseo:
Quitarme la armadura,
Ser humana entre los humanos,
Humilde entre los soberbios,
Cantar frente a los muertos.
Llevar lápiz y papel en la oscuridad,
Un sombrero para el sol abrazador,
Una voz que me cuide de mis sueños,
De los espejismos,
Del infierno disfrazado de amor.
El dolor puede estallar en mí,
Expansivo, corrosivo,
Erosionador de mis entrañas,
Animal salvaje, me transforma,
Mujer animal, cruel, envilecida,
Cubierta por el halo de la sinrazón,
Entumecida de tanto odiar,
Borracha del dulce licor de amores ausentes,
De palabras no dichas,
Amante de la lejanía, del desamor.
Tengo vida,
Por hoy la muerte se ha guardado su beso,
Beso enlutado, hiela el corazón,
Aparta la mirada,
Hunde en la soledad.
Estoy aquí y en todas partes,
Soy partícula y quimera,
Fuego y agua sinceramente unidos,
Soy la hija, que aprendió a derribar las puertas del cielo.
LïzRA
EL TRIUNFO DE EXISTIR
Entre llanto y sangre
tejimos ,en un mismo telar, nuestras jarcias.
Cuando los titanes despiertan al llamado
de una gota de sangre, sierpes silentes
que dormían en las profundidades.
Cuando el dolor agosta la garganta
en un líquido silencio,
he de tener la valentía de tocar aquello que no existe,
aquello tan hermoso que dice de mí y de todos.
Palabras que se hablan y conjuran ,quizá,
el cenagoso silencio.
Ana Barletta
EL TRIUNFO DE EXISTIR
Una gota de agua dulce en el Océano.
La pálida chispa de la luciérnaga en la espesura del umbrío bosque.
Una ballena varada en un río.
Esa ranita, globo dorado, que habita las dunas del desierto.
El lechoso garbanzo negro del madrileño cocido.
El lastimoso y profundo llanto de niño cuando se frotan de viento dos pesadas ramas de
foresta;
El lastimoso y profundo llanto de niño cuando inquietos gatos de la noche, vagabundean.
Una risa en un llanto, un llanto en una risa.
Un pezón debajo de un pecho.
Una noche dentro de un día, eclipse total del sol.
Henar Hidalgo
EL TRIUNFO DE EXISTIR
Ni un lamento más
envío tras la gaviota
lejana en el transcurrir del cálido
domingo antes del lunes
o lunes, sonámbulo domingo
escondido entre palmeras.
Basta ya de cometas enamoradas
miradas hacia la nada
y manos hurgando en un recuerdo
plateado
plateado el cielo, el suelo, la mar
en la calle me encuentro
me encuentro un lugar,
kiosco y su dueña
que me puede alquilar
un mantel y una hora.
La gaviota me observa,
se observa su plumaje,
ni una moneda me devuelve
de las que ya he ganado,
se derriten como horas doradas,
se derriten
las monedas que ya he ganado
se funden con las horas doradas
con las cuatro estaciones
anunciando el sueño
y el siguiente despertar
la gaviota me observa
y yo observo a la mar.
Hace un día soleado
con una brisa helada
y la gente pasa ligera
y los monederos pasan ligeros
y ni uno ni el otro pagan
y ninguno de los que pagan
se sienten un rato a charlar
la gaviota y la mar
algo me quieren dar
algo se aleja en este estar
y mañana
mañana vuelvo
y alquilo para vender
un mantel y una hora.
Laura Maria Trat