EL GLOBO ROJO COMO UN TELÓN.

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EL GLOBO ROJO COMO UN TELÓN.


«Pasan sobre mi cabeza
vuelos cansinos de pájaros acuáticos
que distraen mi pensamiento,
alianzas imposibles se pierden
detrás del horizonte y emerge
el globo rojo como un telón
mirándose al espejo
anticipando el fin del día».

Norma Menassa


EL GLOBO ROJO COMO UN TELÓN.

Gotas de rocío reviven el candor de los cuerpos,
La vida emerge, frente al globo rojo telón de fondo de la brisa y el viento,
Grandes olas se levantan magnetizadas por su encanto,
El amor, la pasión, el deseo,
Son avivados bajo la intensa luz del redentor.
Astros inconmensurables de palpitantes voces ardientes,
Ardientes como la llama que ilumina los ojos del mundo,
El canto de los pájaros, el mecimiento de las hojas.
Todo es vida bajo el sol abrazador de los días,
Días sinuosos y calmados,
Días de encuentros con lo divino, tesoro de los corazones enternecidos,
Sábana amarilla que colma y arropa nuestra vulnerabilidad vegetal,
Hace nido en el pecho, nos hace menos cobardes,
Explota por dentro intempestuosa,
Blanca o sombría, sin secretos.
En su proscenio, tras bambalinas, despojadas,
Van y vienen las almas llenas de fe,
Van y vienen los desesperados,
Van y vienen los oscurecidos, los ciegos, los samaritanos.
Cielo rojo endulzado por los prodigios
Cielo rojo, que anuncia el porvenir,
Cielo rojo en marcha, sin tregua,
Cielo rojo que avasalla y nos hace revivir.

LïzRA

 

EL GLOBO ROJO COMO UN TELÓN.

En las frías noches de invierno,
los artistas sueñan con escenarios excelsos
mientras buscan el precio justo
de su existencia en el tiempo.

Cuando sube el telón
y cuentan sus grandes historias
se sienten impenetrables
bajo otra piel escondidos.

Después, la gran tela baja…
volviendo al frío nocturno
la propia y todas sus vidas vividas
en mil escenarios del mundo.

El artista, invencible sobre las tablas,
se vuelve vulnerable entre la gente,
y es vencido, y enterrado, por lo cotidiano
bajo la palestra inocua de la vida.

El globo rojo, como un telón,
asciende glorioso a cobijar sus triunfos
y, mientras se rompe en aplausos,
estalla su pequeño mundo.

Dolores Granados

 

EL GLOBO ROJO COMO UN TELÓN

Toda la tarde en un rubor
de mejillas adorables
anunciando el adiós
de un día alucinado.

Suenan las campanas
como reloj que no llevo
en la muñeca.
Es hora de trabajar.

Todo tiene un inicio
y un fin.
La enfermedad empieza
a cesar.

Los niños empiezan a curar
y aunque haya lágrimas de dolor
renace la Esperanza
de un nuevo amanecer.

Arelis Juárez


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