LOS PADRES NO MUEREN
«Los padres no mueren,
sí fueron capaces de hablar
antes de morir.»
Miguel Oscar Menassa
PARA MAÑANA
El tiempo que
pasábamos de niñas
lo recuerdo
tan nítidamente
como si fuera ayer.
Y sin embargo
ya no está…
Ya no están
tampoco
los abuelos…
Hicieron la maleta
y se marcharon
dejando
nuestras vidas
sin su risa.
Y en este espacio terrenal
en el que cada vez
se cabe menos,
vivo mis instantes cotidianos
lo mejor que puedo.
Aunque la prisa
de mis días
borre lentamente
la límpida mirada
que sostenía mi juventud.
Hoy, con paso firme
comienzo a preparar
todo aquello que quiero
llevar yo también
en mi maleta.
Quito del poco espacio
que me queda en ella
todo lo que pese, pues es mejor
viajar ligera y caminar
sin pasos titubeantes.
Llegó también el momento
de echar a volar
mi cometa interior,
de reiniciar y encontrar
en mi canto
el viento adecuado
para poder salir.
¡Hoy es el día!
La brisa ligera
me desliza
con suavidad.
Hoy vivo el presente
más perfecto
que me prepara
para mañana.
Dolores Granados
UN ENCUENTRO Y UN ADIÓS EN NAVIDAD
Un encuentro y un adiós en Navidad;
llegó el día
el día que todo hijo espera
la partida
un adiós que apaga la mirada
del primer amor que le tocó
la luz que le vio nacer
algunos días lo imaginó venir
y que ahora le desespera.
Un temblor inesperado
un silencio
una pena
remueven los cimientos de la casa
que se derrumba entre sus manos
temblando
una lágrima caía.
Se engullen los latidos
desesperan los paisajes floridos
ensimismados tiemblan de dolor
atravesados por la espina.
Fin de año
llueve aquí y allá
por dos días llora el cielo
oscurecido
lamentado su partida.
Jeil Parra
Mariví Ávila
A MI PADRE
Tenía un padre con la mirada perdida
que escuchaba mis desvaríos de muchacha.
Un padre refugio que aceptaba mis deseos
de verde árbol que amanecía.
Un padre odiado por lanzarme a la vida
y no permitir que la tierna gorriona
anidara en su pecho.
Padre, he estallado en estrellas,
cuando entendí que siempre estarás vivo en las palabras
,que como patrias encendidas
me traerán el rumor de tu voz.
Extendida en las tardes,
los gorriones del ocaso me hablan de ti.
Como párvula madreselva,
crecí enredada a tus palabras,
todo te lo preguntaba,
en la calidez del café de las las tardes tempranas.
Hoy corren por mi sangre otros padres,
Menassa, Freud, otras frases que diseñaron el futuro.
Nombrar al padre es darle vida,
yo te esribo hoy, padre mío
hoy que te guardo entre mis labios.
Inmarcesible, etéreo, estás
en la flor del almendro
que acompaña mis inviernos,
estás en las hojas de la albahaca
que entretienen mis veranos,
estás en cada verso
que perfuma mis días.
Ana Barletta.
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