Huir empecinado. 2024.02.05

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Huir, ¿Y de qué o quién huimos, sino de nosotros mismos? Un título interesante para escribir, aunque huir no siempre es lo mejor. Como dice el Maestro Miguel Oscar Menassa, si algo hay que hacer empecinadamente, es «Vivir», como lo dice en esta frase:

Vivir
es siempre,
una pasión contra uno mismo.
Un levantarse todas las mañanas,
terco,
empecinado,
voluptuoso,
contra el día anterior.»

HUIR EMPECINADO

Huir hacia adelante.
Empecinarse en avanzar,
Ser obrero incansable,
Sin importar el alto grado de dificultad.
Las inercias de la marcha llevan hacia atrás
Nos lanzan al subsuelo,
Al andrajoso abismo.
Huir hacia adelante es la consigna:
¡No desesperar!
Transformarse en río, líquido, transparente y moldeable,
Siempre insistente y tenaz.
Huir hacia adelante es lo que nos queda,
Dejado todo atrás, no nos queda más.

Lizbeth Ramírez

HUIR EMPECINADO

Qué felices somos
Mi gata y yo,
Hacemos lo que nos gusta,
Y algunas que no
También.
Somos luz,
Somos hoguera,
Calidez a quien se acerca
Fuego que quema
si nos molestan.
Qué felices somos
Sabiendo
Que en otro espacio
nuestras amigas
también son felices
con sus gatos.
Huir empecinado
Del dolor y de la angustia,
como quien mira
Como quien lee a Dostoievski,
En cojín cómodo,
Con un plato bien servido,
De personajes que fuimos,
Para deleite de nadie,
Porque nadie nos ha escrito.
Que bien se siente
Dejar de ser lo que fuimos,
Desprendernos de moles
Y de blancos armadillos,
Dejar de ser mientras somos
Como humo de cigarrillo,
Imaginaciones morbosas
Desdibujadas de hastío.
Aquí no fuma ya nadie,
Pues ahora es muy mal visto,
Pero es dulce quemar resinas
Y colarse en intersticios
Cuando la historia se enchueca
Y la llevamos acuestas
Y la podamos un poco
Y la volvemos de soles
Y decimos que fue bueno
lo que a otros les molesta.
Y mientras tanto,
libertades levantamos,
Sostenemos
Defendemos las mujeres,

Necesitamos que nos dejen
Envejecer y aprender en paz,
Sin muletillas punzantes,
de tutores de pacotilla,
Dejadnos retorcer el lenguaje,
basta de miriñaques
y de ataques de pelones
semipensantes,
Mediocres.
un río de sangre menstruante
Corriendo por las laredas,
va gimiendo, va riendo,
va dibujando los tiempos,
Formando generaciones
De corazones cantores.

Tonantzin Rodríguez

HUIR EMPECINADA

Emigrar del antiguo amor
que esperaba madurar la albahaca en tus ojos,
la sangre en tus labios.

Emigrar del antiguo amor
a la sombra del ciprés
al abrigo de la enredadera.

De la mesa tendida con exquisitos manjares.
De las joyas exóticas que ofrecen rancios mercaderes.
¡Huir! ¡Huir empecinada!
Elegir humanas fragancias.

Cultivar tierra fresca
un amor sin daño,
un desayuno sin espinas,

tú y yo, como árboles que no paran de crecer
que acogen diferente pájaro, diversidad de nidos,
fragancias varias perfumarán el jardín.

Ana Barletta

HUIR EMPECINADO

Ya no podré llorar,
huir empecinado
del lamento del niño
sin alimento.

De los campos de milpa
esperando un riego
que los redima.

Dos ciudades distintas
una sola geografía.
Huir, ay! huir,
mientras huir no puedo.

No encontré justicia y equidad,
no encontré el pan en la mesa
de todos los hombres de la tierra
que el padre nuestro rezan,
por eso, me decido
a escribir este poema.

Arelis Juárez

HUIR EMPECINADO

Huir empecinado
parloteo singular
cambio la sintonía de la radio
escudriñando entre canciones viejas
risas y miradas yertas
pájaros sin alas.

Nuevas canciones
horizontes sin prisas
golondrinas que al pasar saludan
intentando despertar el alma dormida
en la penumbra del viento.

Aurora inconsolable
pérdida entre la niebla
aturdidos pies
corriendo a toda prisa

En la huida está el cansancio alegre
mar y fuego
ardientes olas
van y vuelven.
latigazos
al corazón herido
huyendo de la vida incierta.

Jeil Parra

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