Selección de poesía 2023.11.02

-

Seguimos leyendo al poeta Carlos Drummond de Andrade. Para conocer más recomendamos la lectura de la revista Poesía más Poesía, Número 225.

CONSUELO EN LA PLAYA

Vamos, no llores…
La infancia está perdida.
La juventud está perdida.
Pero la vida no se perdió.

El primer amor pasó.
El segundo amor pasó.
El tercer amor pasó.
Pero el corazón continúa.

Perdiste el mejor amigo.
No tentaste ningún viaje.
No tienes casa, navío, tierras.
Pero tienes un perro.

Algunas palabras duras,
en voz baja, te golpearon.
Nunca, nunca, cicatrizan.
Pero, ¿y el humor?

La injusticia no se soluciona.
A la sombra de un mundo errado
murmuraste una protesta tímida.
Pero otras vendrán.

Todo sumado, deberías
precipitarte, definitivamente, en las aguas.
Estás desnudo en la arena, en el viento…
Duerme, hijo mío.-


LA MANO SUCIA

Mi mano está sucia
Debo cortármela.
Lavarla no tiene sentido.
El agua es pútrida.
El jabón es malo.
No hace espuma.
La mano está sucia.
Ha estado sucia durante años

Antes solía esconderla
en el bolsillo de mis pantalones.
Nadie sospechaba eso.
Las gentes venían a mí,
queriendo estrechar mi mano.
Yo rehusaba y la mano escondida,
como una babosa oscura,
dejaba su huella en mi muslo.
Entonces me di cuenta
que era lo mismo
si la usaba o no.
La repugnancia era la misma.

¡Ah! Cuántas noches
en las profundidades de la casa
lavé esa mano,
la restregué, la pulí,
soñé que se iba a volver
diamante o cristal
o incluso, por fin,
una ordinaria mano blanca,
la mano limpia de un hombre
que uno puede sacudir,
o besar, o asir
en uno de esos momentos
en que dos seres se confiesan
sin decir palabra…
Sólo para sentir
la incurable mano,
letárgica y cangrejuna,
abrir sus dedos sucios.

Y la suciedad era vil.
No era hollín o lodo
ni la mugre endurecida
de una vieja costra
o el sudor
de una camisa de trabajador.
Era la triste suciedad
hecha de enfermedad
y angustia humanas.
No era negra;
lo negro es puro.
Era opaca,
una suciedad grisácea y opaca.

Es imposible
vivir con esta
tosca mano que yace
sobre la mesa.
¡Pronto! ¡Córtala!
Pícala
y arrójala
al océano.
Con tiempo, con esperanza
y sus intrincadas maniobras
otra mano va a surgir,
pura, transparente como el vidrio,
y se soldará a mi brazo.


CONSIDERACIÓN DEL POEMA

No rimaré la palabra sueño
con la inconveniente palabra empeño.
La rimaré con la palabra carne
o con cualquier otra, que todas me convienen.
Las palabras no nacen amarradas,
saltan, se besan, se disuelven,
en el cielo libre apenas un dibujo,
son auténticas, amplias, puras, insuperables.

Una piedra en medio del camino
o apenas una huella, no importa.
Estos poetas son míos.
Con todo orgullo, con toda precisión
se incorporaron a mi fatal lado izquierdo.
Robo a Vinicius su más límpida elegía.
Bebo en Murilo.
Que Neruda me dé su corbata llameante.
Me pierdo en Apollinaire. Adiós, Maiakovski.
Todos son mis hermanos, no son periódicos
ni deslizar de lancha entre camelias:
es toda mi vida que aposté.

Estos poemas son míos. Es mi tierra
y es aún más que ella. Es cualquier hombre
al mediodía en cualquier plaza. Es la lámpara
en cualquier pensión, si todavía las hay.
—¿Hay muertos? ¿hay mercados? ¿hay dolencias?
Es todo mío. Ser explosivo, sin fronteras,
¿por qué falsa mezquindad me rasgaría?
Que se depositen los besos en la faz blanca,
en las nacientes arrugas.

El beso es todavía una señal, aunque perdida,
de la ausencia de comercio,
boyando en tiempos sucios.

Poeta de lo finito y de la materia,
cantor sin piedad, sí, sin frágiles lágrimas,
boca tan seca, pero ardor tan casto.
Dar todo por la presencia de los lejanos,
sentir que hay ecos, pocos, pero cristal,
no roca apenas, peces circulando
bajo el navío que lleva este mensaje,
y aves de pico largo confiriendo
su derrota, y dos o tres faroles,
¡últimos! esperanza del mar negro.
Ese viaje es mortal, y comenzarlo.
Saber que hay todo. Y moverse en medio
de millones y millones de formas raras,
secretas, duras. Ése es mi canto.

Es tan bajo que ni siquiera lo escucha
el oído a ras del suelo. Pero es tan alto
que las piedras lo absorben. Está en la mesa
abierta en libros, cartas y remedios.
Se infiltró en la pared. El tranvía, la calle,
el uniforme del colegio se transforman,
son olas de cariño que te envuelven.

¿Cómo huir al mínimo objeto
o recusarse al grande? Los temas pasan,
yo sé que pasarán, mas tú resistes
y creces como fuego, como casa,
como rocío en los dedos,
en la hierba, que reposan.

Ahora ya te sigo a todas partes,
y te deseo y te pierdo, estoy completo,
me destino, me hago tan sublime,
tan natural y lleno de secretos,
tan firme, tan fiel… Como una lámina,
el pueblo, poema mío, te atraviesa.

Compartir

Novedades

EL PLAN

ESTOY CASI CONTENTA

CARLOS BOUSOÑO

SUBLIME Y MISTERIOSA

Categorías Principales

Artículo AnteriorSesión del 02.11.2023
Artículo SiguienteSin hambre y sin fe. 2023.11.06

Comentarios