Los abusos 2023.10.01

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LOS ABUSOS

Ellos; los abusos, se acercan a mí sigilosos desde sus inacabables formas, intensidades y disfraces, haciendo de mí el boceto más deseable

Ellos, los abusos, me van tomando y mientras se convierten en mis dueños, atropellan, invaden, debilitan, me agrietan

Ellos abren paso a la vida, y ella sin pedir permiso, socava, socava, socava y socava sobre la misma grieta

Casi triunfadores, convocan al humano al gran banquete que con pico, pala y reforzados con dolorosos actos y palabras, logran el mejor equipo

Ahora, todos juntos y ávidos de culminar su misión, cavan, cavan, cavan y cavan sobre esa misma grieta que finalmente cede… hondo.

María del Carmen Dongo
24/09/2023

LOS ABUSOS

Sus doce años apuraban el paso, si la niña no se daba
prisa no llegaba a tomar el autobús. Corazón de paloma
torcaz, toda complejos, cejas juntas, y un adoquinado
rostro en constante arrebol.
Volvía del Liceo, cogió el autobús para su casa, lo mismo
que todos los días, muchos, muchísimos viajeros
arracimados, apretándose unos con otros.
Viajaba de pie, la acompañaban sus pensamientos de
tierna cierva. Su geografía humanizada estaba aún por
definir. Sus ríos eran intensos, caudalosos surcos que se
deslizaban por junglas despavoridas, donde los pájaros la
abrumaban con sus graznidos.
Semillas aladas corrían por su sangre, ella aún no sabía
que eso era la vida que empujaba, estaba azorada,
asustada, tímida, todo un océano vehemente.
De pronto sintió algo en sus nalgas, un latido, una
palpitación, sus ardores redoblados la confundieron aún
más. La pulsación no cesaba, al contrario, la sentía más
intensa con el correr de los minutos. Ella se latía, ella se
palpitaba, era toda agitación, irritación nerviosismo.
¿Qué hacer? No lo sabía. Esperó unos minutos, él
angustiante latido, no cesaba, huyó. Bajó antes de su
parada, lejos de su casa, ya no podía con aquello.
Los abusos siguieron por varios días, la niña siguió
huyendo, no tenía otros medios de expresar su zozobra,
su malestar, no podía entender qué le estaba sucediendo.
La niña no contó a sus padres su asco y desesperación,
pero su cuerpo habló. Desde esos días tuvo como una

fogosidad, una tos, un ardor en la garganta que ningún
médico se pudo explicar.

Ana Barletta
septiembre 2023

LOS ABUSOS

Los poderosos invadieron nuestro huerto
Se llevaron nuestras riquezas.
Como fertilizante, nuestro pueblo muerto
Y en caravanas, los tropeles de gente atraviesan fronteras.

¿Donde el oro?
¿Donde el pan?
Ellos nos dieron a cambio
Su Fast food.

Nos tratan como razas inferiores
Nuestra voz quieren cerrar
Pero no podrán apagar el canto de nuestros corazones
Pues el canto es lo que no pueden soportar.

Les atormenta el sonido de nuestra felicidad
Ellos cuentan monedas
En su terrible, fría y vergonzosa soledad
Se asoman a sus ventanas y vislumbran nuestras danzas.

No, no podemos con sus abusos.
Más, no pueden con nuestros sueños.
Tomen su látigo, no arrebatarán más nuestra sonrisa.
Atropellen nuestra dignidad si quieren
Obreros de palabras, nosotros estamos en pie.

Arelis Juárez

LOS ABUSOS

I
Encadenada a esa cama
tu pierna descarnada
memoria de destierros
de culpas acopladas
de afectos condenados
de nostalgias encerradas
de ilusiones acunadas
Ese grillete de hierro
-tobillera plateada-
Es testigo impotente
Ante la danza triunfal
de tu agónica libertad

II
Todavía está tibia
Le confirman con firmeza
Corre a su encuentro
Quita la sábana
besa su frente
– algo murmura-
Una voz urgente le ordena:
“En esta caja coloque lo que le pertenece”
Pañales, dos pares de medias,
-Su ruana roja-
Acaricia con unción
Cada una de las prendas
Y en contraste cruel
que hiere la mirada
Exponen torpemente
Cual trofeo dañado
el cuerpo marcado
Ella se inclina
el tiempo se detiene
se acoplan los recuerdos
la unge con su llanto.

María Julia Ardito

LOS ABUSOS

Los abusos
consiento tu mirada entre la luz
tinieblas mojadas
gimen
aúllan sin salir el sol.

Melodías acústicas
sin fin
sin cerrojo
un murmullo
un misterio blanco o Dios o infierno.

Melancolías
lujurias medievales
duermen entre las brisas
pidiendo pan
un respiro

Alucinan las gargantas
sedientas de palabras
de utópicas canciones violetas
desafinados encantos
violentos
desnudos suspiros.
Tornados,
desafíen al rey en el trono de hierro.

Jeil Parra
29/09/2013

LOS ABUSOS 2

A veces me asomo a mundos
decadentes y tibios que no son los míos,
Y me mancho un poco
y me retiro en medio del hastío.
Al dilatarse mi cuerpo,
Se desprenden partículas de odio.

Hago preguntas a la noche
que me arroja a mañanas
insoportables de sol.
El tiempo se inscribe en los rostros
Como un escultor prolijo
Que no sabe cuando parar
y termina por destruir su obra.

La manzana es sobria y elegante
Pero aburrida en la alacena.
Se acabaron las cerezas,
los mameyes,
Y las piñas aún no llegan.

Fui casi bella,
fui casi amada,
fui casi flaca
y viví como casi muerta.

Los grandes malvados
se ahorcan en las aceras,
y esta generación de perdedores
crece como las flores en el asfalto,
grietas imposibles
entre la dureza de costillas rotas,
abusos de la carne no nacida.
Sufren los malvados,
Se cachetean a sí mismos
frente al espejo.

Tonantzin Rodríguez
30 de septiembre de 2023

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