Homenaje al día del trabajo

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Para todas las manos guantes de oro.
(Verso de Pablo Neruda)

Composición Poética en el Día del trabajo.
Pinturas y obras de:
Vincent van Gogh, Remedios Varo, Gutzon Borglum.

Él creó máquinas de hacer dinero.
Ellos, surcos como caminos.
Entre miradas de asombro, duda, temor,
Les hicieron masa,
No tuvieron en cuenta su cansancio.
Les sustituian.
Paisajes desvanecidos
Por el hambre del poder.
Fueron tatuando rostros en las montañas.
Con las manos del jornalero,
Hicieron nacer una nación,
Los cuatro hombres reciben el sol permanentemente.
Más, por la ventana de aquella casita
El sol visita lo que no muere,
La esperanza en los brazos
De una madre amorosa.
La ciudad despierta
Mientras las mujeres hacen bucles en sus cabellos,
Toman el metro,
Limpian sus anteojos
Y todo empieza a tomar sentido.
Para todas las manos
Guantes de oro.
Los enamorados se toman de las manos
Y sus herramientas adornan sus hombros.
En aquella ventana
Donde había un recién nacido
Hay ahora una mujer
Las flores adornan su ventana
Y las letras, sus rodillas.

Se oyen los gritos y las carcajadas de los niños
Mientras escribo un poema.
Los ninos a jugar
Nunca a trabajar.
Y esto es amar, mas
Sin arte sería imposible.
La luna guia a los navegantes por las noches,
Bandadas de pájaros salen a volar.
La cosecha ya está lista.
Después de la faena
Un sombrero se posa sobre sus ojos.

La Hindú

LOS PÁJAROS LLEVAN DEL AGUA SOLO GOTAS
(Olav H. Hauge)

Extraigo una gota del diamante del recuerdo,
y el arte que duerme acorta las distancias
entre el ojo y la mano, los utensilios de trabajo
repiquetean en el blanco y luminoso artefacto
y va a la conquista de sus espacios de luz,
como labios de contar historias en un cuerpo extraño.

A veces eres muro resistente a la letra
y yo te convierto en pan, en abeja libadora.
Con el pan nuestro de cada día
extraigo los metales preciosos de la mina
y crujes cual quejido de madera milenaria
donando tus tímidos encantos al papel.
En la tela excitas mis pinceles
dando vida a un espacio virgen o un cartón reciclado
que invades de símbolos, color, texturas…

Caricia donde es divertido desaparecer,
no estoy más, existo como obrera de la palabra y la mirada.
Bella ruptura de cadenas transformadas en antorchas
conquista de la luz para el futuro,
para los hambrientos también,
para el crujir de dientes, un poco de pan para el camino.
Abro mi boca, leo y extraigo el alimento
desde las primeras horas de la mañana
un Miguel Hernández, un Neruda,
una Kath Walker, un Du Fu… con café caliente,
me recorro el planeta viendo crecer
las semillas de poetas que dios sembró
por el Mundo.
Trabajo por ti y no se calma
el hambre nunca, cada día, poesía.

Roberta la vecina

ODAAL TRABAJO

Un poema al trabajo he de escribir,
ese señor de traje y sombrero
que parece muy serio y formal
aunque encierra toda la poesía
y alegría del humano mundo.
Poned en el trabajo el amor
y veréis que brotan otros corazones
palpitando junto al tuyo.
Con tus manos podrás sembrar en el terreno baldío
campos de narcisos, en los troncos secos anidará el zorzal,
probarás el alborozo de fundirte con otros humanos,
con esa flor que te esperaba cuando naciste.
Acerca hacia ti la felicidad de pagar
la deuda que tienes con el mundo.
Puedes hacer lo que otros hicieron,
el trabajo te proveerá de los aperos,
el camino te lo indicará la poesía.
En los grandes maestros construye mimbres resistentes,
ellos ya trabajaron para nosotros,
sus voces son latidos fragantes.
¡Qué despierten tus manos, qué amanezcan tus ojos!
¡Arremángate, sube al andamio, alivia a los dolientes,
siembra la mies y haz el pan que alimenta las bocas
de la humanidad hambrienta!

¡Escribe, se esa voz que lleva en su seno la revolución!
¡Trabaja!

La verde Rosita

RAICES SILLOZANTES

Raíces sollozantes
monstruos de la ilusión
centellas
arrasadoras serpientes
bailando en el desierto

Anidan las canciones en el ocaso
pérdidas
en las melodías de violines rotos
escondidas
límpidas
lágrimas gastadas

Raíces sollozantes
trémulas
tiemblan al atravesar la niebla
heridas
semejantes
rosas y espinas

Vívida noche
diamantes celestes
viento
sopla en las gargantas
de mis sueños.

La pura

MUJERES
LOCO FRENESÍ

Son las 5:00 de la mañana agotada de no dormir desperté, aún me falta concluir la jornada de ayer, hoy trato de organizar lo pendiente, mientras lo hago pienso en qué no planché la camisa de Julio, en que no sé si mi hijo pequeño terminó la tarea, en qué haré para el desayuno y que llevarán los niños de almuerzo a la escuela, me siento cansada y me pregunto sí cuando él me propuso casarnos me imaginé en algún momento que la que no tendría descanso sería yo, estoy preocupada, porque sé que a las 8:00 de la mañana tendré que estar en el bazar, no terminé la producción de conservas para la venta de hoy, pero necesito traer algunos pesos más a casa que nos ayuden a llegar al fin de mes.

Hace tiempo que Julio no me toca, está cansado igual que yo, se ve demacrado y su cabello negro que tanto me gusta va pintando sus primeras canas a sus 42, yo, cada día que me miro al espejo siento que me voy perdiendo, que los ojos no me brillan como antes y lo cierto es que cada día voy sintiendo menos la alegría de la vida; vuelvo a pensar en la conserva de fresa, en su olor, en el deleite de la gente cuando la prueba, por lo menos en eso soy buena, nadie me dijo que esto de ser madre, de ser esposa, de ser mujer fuera tan complicado, desde hace algunos meses tengo miedo del mañana, de no poder ofrecer a mis hijos una situación mejor que la que han conocido hasta este momento, qué suerte que hoy veo a las chicas, todas tenemos una historia diferente pero algo en común: sabemos que la manera en la que vivimos puede cambiarse y nos esmeramos y sonreímos mientras instalamos nuestros lugares para la venta, el barullo que provocamos, las risas, las solidaridades, la vitalidad que se vive en ese espacio me hace sentir menos sola y contenta, siento un poco de esperanza y a veces hasta creo que todo puede cambiar.

Somos muchas las que creemos que podemos vivir de otra forma: ahí está ella con su necesidad a cuestas, pero con la fuerza que le ayuda a salir adelante, y aquí está esta otra que no se venció frente a los golpes y encontró una salida en su arte, en su creatividad, más allá está aquella otra a la que ser profesionista no le resultó fácil por qué no pudo competir contra los hombres que se apoderaron de su profesión, por allá está la otra, la que acaba de perder a su hija maltratada y sobajada y que ahora se ve en la necesidad de cuidar a sus nietas casi al final de su vida cuando siente que las fuerzas ya no le alcanzan, hasta allá está una más, aquella que tuvo que encabezar a la familia, a sus padres a sus hermanas la que cuando a todos les faltaron las ganas, ella las sacó de
algún lugar y ahí va para adelante. Se derrama otra vez el café, Julio está despierto, escuchó sus pasos, viene a saludarme, a darme los buenos días mientras yo agachó mi mirada húmeda, no quiero que mire mis lágrimas, pero hoy también el desayuno se ha quemado.

Liz Ramírez

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