MI CARCELERO Y YO
Mi carcelero siente la fragancia de mis rosas
Y aunque algunos quieran evadirla
Se siente a lo lejos
Nadie podrá detenerla
Ella vuela por las praderas
Llega al alma que desnuda y sedienta
La busca.
Mi primavera empieza
Y mi carcelero tiene la llave
Que no tomaré.
Es aquí donde quiero andar.
Voy al mercado!
Las frutas están a mi alcance
Trabajo y me recompensan.
Soy feliz
Me atreví a decirlo.
Otros quieren pero tienen miedo.
Tienen miedo…
Tienen miedo de nuestros cantos
Tienen miedo de nuestras manos
Que crecen prisioneras en barrotes de papel.
La hindú
MI CARCELERO Y YO
En este espacio abierto se oyen lunas nuevas
ocultando un trémulo infierno
donde se afinan las duras penas y crecen las palabras
hasta convertirlas en diadema de astros palideciendo.
Hoy, que lato con la doliente cárcel del mundo
añoro el salvaje terciopelo de una escena
que encarceló el látigo y al que lo mantiene vivo.
Diletantes envergaduras antibacterianas
hacen himnos con la límpida piel abandonada,
y un sol de acero es la llave de la cerradura.
Este es el tiempo que pasé encerrada
en la memoria de un virus prefabricado
exprimiendo al mundo.
Siento una rabia universal.
Mis guardianes estaban entrenados para
mi excarcelación temprana.
Sin embargo, sacudirse este artefacto tenebroso
no es cosa de un día
Existe un borrador de virus asesinos y palabras vacías
porque el mundo del silencio no es un camino veraz,
siempre hay muchas vértebras que construir
siempre una palabra subida de tono por escudriñar.
Abrir las ventanas, circular camino afuera
lo encerrado en el pecho y dejar libertad a lo que avanza.
Roberta la vecina
MI CARCELERO Y YO
“arrimé a mi cansancio la vigilia del sueño.”
José Portogalo
Mi carcelero y yo cabalgamos el horizonte de las noches,
en vigilia
relámpago que despierta
mis pupilas.
Nocturnos caminantes
noches cansadas
silencios errantes
sin agitación
sin susurros.
Insomnio cruel
mi carcelero
mi verdugo
mi prisión nocturna
me detiene en las esquinas
cada noche
avanzan las manecillas del reloj hacia la aurora
la noche apaga las estrellas
y la luna duerme.
En el tejado los rayos del sol
empiezan a posarse
pajaros o mariposas
revoloteando
cantan en mi ventana
Es hora de trabajar.
La Pura