Poemas destacados 24.04.2023

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Esta semana, el subrealismos estuvo presente en nuestro trabajo semanal de lectura con el poeta francés Jules Laforgue.

Compartiremos con ustedes algunos de ellos y si desean seguir leyéndo y conocer más acerca de este y otros grandes poetas, les dejamos el link al final. Disfruten la lectura.

RESIGNACIÓN

Como necio parásito de un planeta oscuro,
en la infinidad sonora de clamores eternos,
aquí, lugar cualquiera, he nacido y vivo,
y sólo es mi deseo que se sepa y se detenga todo.
Que por un grito perdido en la tormenta
los océanos callen de pronto el aullido de sus olas,
que por traer flores a mi tumba
los soles en masa dejen su Verbena.
¡Pobre corazón ingenuo! Rómpete, no eres nada.
Muchos otros murieron con ansias iguales
y la tierra siguió en su silencio.
Todo es duro, descorazonado, superior a ti.
Sufre, ama, espera siempre y baila
sin nunca exigir ese Porqué universal.

LAMENTO DE LOS DESDEÑADOS

“Ni usted, ni su arte, señor.” Era un domingo,
Vos sabéis dónde
En vuestras rodillas,
Confundido quedé, vertiendo copiosas lágrimas blancas.

La orquesta del jardín interpretaba ese “si tú me amas”
Que vos sabéis;
Y yo me ausento
después, y para siempre, exiliándome en esa melodía.

Y sin cesar, tan monstruoso rechazo me espanta
Y me confunde
Por vos especialmente,
¡Tan Mirada-Encarnada! ¡Tan yo-misma! Tan auténtica!

pues bien.-Ahora, escuchad lo que para vos deseo,
Puesto que, después de todo,
Aquella tarde de agosto,
Despreciásteis el Arte y me menospreciásteis a mí.

Vieja y calva a los veinte años, que con otra te confundan,
Y sin razón,
Te envíen a prisión,
Muy lejos, y que un carcelero, contigo, durante años, se refocile.
Pasa luego a Charenton, entre frenéticas olas,
Con París
Allá a lo lejos, florecido.
¡Ah, demasiado bello sueño! París donde yo me consuelo.

Y pide la comida , ¡y que entonces se confundan!
¡Que crean que la rechazas! Y que
Te alimenten, ¡horror!, ¡horror!,¡horror! Con la sonda.

Que por la nariz te entre la sonda, ¡Dios os bendiga!
¡Abajo, las manos!
Y el buen vino,
Y que por ese orificio te ceben con leche y huevos.

Y que tras muchos años de este tormento,
Un interno (de
Leales miradas!)
¡Se equivoque de conducto! Y vierta y te asfixie.

¡Y eso es lo que yo, curado, os deseo,
Corazón rosado, por
haber un día
El Arte despreciado! ¡El Arte puro! Sin contar al poeta.

RELAMPAGO DE ABISMO

Me hallaba en una torre en medio de los astros.

Un vértigo, de pronto. ¡En un rayo, sin velos,
Escrutaba, temblando de pánico, de espanto,
El enigma del Cosmos en todo su estupor!
¿Todo está solo? ¿Dónde estoy? ¿A dónde rueda
El bloque que me arrastra? ¡Puedo morir, partir,
Sin saber nada! ¡Hablad! ¡Oh rabia, el tiempo vuela
Sin vuelta atrás! ¡Parad, parad! ¿Y disfrutar?
¡Pues que todo lo ignoro! Llegó mi hora tal vez:
No sé. Yo me encontraba en la noche, y nací.
¿Por qué? ¿Y el universo? ¿A dónde -va? Que el cura
Es sólo un hombre. Nada sabemos. ¡Dios, asómate,
Testigo eterno, muéstrate! Habla, ¿por qué la vida?
Todo calla. El espacio no tiene alma. ¡Esperad!
¡No quiero morir, astros! ¡Soy una inteligencia!
¡Ah, volver a ser nada irremediablemente!

Aprende más sobre Jules Laforgue

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