TENGO UN MISTERIO VIRGEN
Aquella joven de antaño,
límite enceguecido por el sol juvenil,
como un tiempo enajenado
que espera el cielo del porvenir.
Desconcertante, a mi edad,
vivir en libertad,
esa pequeña libertad humana,
sin amargura.
Habiendo encontrado
el escenario de mi actuación,
escribo el guión
el atrezzo y dirijo la película
Respirar por las heridas,
residir en esquinas esquivas y tolerar ese doblez.
Abdicar, en suspiros,
abdicar de sentimientos lánguidos.
Las pobres fachas metálicas,
heraldos negros de la muerte,
combatir.
Las sucias trampas del enemigo, combatir.
Combatir sierpes sapientes y venenosas,
algodones azucarados cargados de odio.
Escribir estas pequeñas letras
para que alguien me recuerde cuando sea palabra.
Ana Barletta
TENGO UN MISTERIO VIRGEN.
Tengo un misterio virgen.
Humano y abrasador calor,
Este misterio que me atrae
Y que me da vida a la vez.
Me devela una hermosa realidad.
Un poder si se quiere,
Un soñar que crea
Un amor que es solo si da.
Tengo en mis manos
Una hoja en blanco
Una herida que sana
Y da luz.
Despojada del paraíso
Sueño y creo este ser distinta.
Calor que me abrasa,
Que me reconstruye!
Arelis Juárez
TENGO UN MISTERIO VIRGEN
Tengo un misterio virgen
desconocida playa
sellada bóveda celestial o aguas cristalinas.
Un jardín
camelias y lirios
opios rosados
voluptuosas amapolas
desnudas fragancias.
Atardeceres crepusculares
dejan caer la pesada oscuridad
estrellas danzando a la diosa luna
hasta despertar la aurora.
El Dios sol aparece
se apaga mi silencio.
Jeil Parra
TENGO UN MISTERIO VIRGEN
Una mañana iluminó mi vida
el veraniego sol de agosto.
Otra mañana, también soleada,
el mar se enamoró de mi pequeño cuerpo;
Y misteriosamente,
me sacó de aquella agua,
tan salada,
una sirena de largos cabellos y rostro precioso.
Sus puntas capilares
daban tanto calor,
que, cuando besó mis mejillas,
sentí las primeras caricias del sol.
¿Será por eso
que, aquellas olas traviesas,
dibujan aún sus vaivenes
por todo mi cuerpo?
¿Será por eso
que, aquellas traviesas olas ,
se mecen en mi interior,
y se transforman
en las notas musicales
que alzan sus vuelos cuando canto.
Son pequeños gritos
cuando me impulsa una emoción.
Las olas del mar bailan en mi centro, definiendo mi ritmo sinusal.
A ellas volveré
cuando la hermosa sirena
de largos y rojizos cabellos
pida prestados sus pies
a la divina Catrina.
Ellas cambiarán sus ropas
para llevarme de nuevo
al inicio de mi canción.
Donde la más dulce de las nanas
hará posible que mi cuerpo
también baile en el agua.
Logrando hacer posible la fotosíntesis.
Partiéndome en mil moléculas eternas.
Dolores Granados
TENGO UN MISTERIO VIRGEN
Cuando el cimbreo de la espiga
roza mi cuerpo, ruido de palabras de mi infancia,
tristumbre de la vida,
se miran en el espejo de un rio
quebrándose desde la cumbre,
y aire, agua y fuego
mueven la quietud del cielo
hacia el altiplano protegido de gusanos.
Me deslizo por la ladera de un vórtice lunar
y sostengo con mi mirada el habitat de la oropéndola
con su apapariencia de perpétua nave motriz,
cojín de coral que brota desde su flor de almendro
enredándose en mi garganta.
Mis pétalos de alambre compran el ronroneo
del tigre, el que rememora su estirpe y
me pasa por el alma una escalera,
pero es invisible, aún estoy buscándola
entre la fina niebla de la vergüenza
y quisiera alcanzar la altiva puerta del misterio
que aún virgen se sostiene en el tiempo
impenetrable, insondable
hecha de nido y locura de costuras de mimbre
o terciopelo de rio o cristal con velero
acariciado por el guardian de mis sueños
queriendo entrar en mi castillo.
Mariví Ávila
