LAS ARDIENTES RAÍCES DE LOS NERVIOS
Eras inmortal cuando pusiste los hilos
de nácar a la ausencia, el sudor olímpico,
las sábanas de plata en los trigales,
conjuntos oníricos balanceados en su bruma.
Bestial simpleza de la mueca de la muerte,
hongo atómico sin nervio central,
adormidera de pastillas
pálpito celular,
incógnita preguntando a la vida
terciopelo fingido,
no molestes al cortejo capital
implora a la lluvia y seca pronto
las huellas que,
no sirvió para nada la ardiente fiesta.
Mariví Ávila
LAS ARDIENTES RAÍCES DE LOS NERVIOS
Ardiente llama en el pecho
Se encendió
Cuando al amor, paso dio.
No es la locura
Tal vez el pánico esté al acecho,
En la aventura de una nueva vida por delante.
Disfruta de ese pánico, dice el Poeta.
Las ardientes raíces de los nervios
Termómetro veraz de toda pasión
Siempre listas para encender el alma,
Con manos artesanas dominarás la fiera apasionada.
Si el día vence a las tinieblas
Si el amor con su mayor bien “Esperanza”
Hacer de la vida pueden una fiesta,
Rompe pues, el brutal silencio que te acompaña.
Las melodías del arpa, calman el alma en agonía.
Las palabras, desatan una vida que no ha sido vida,
Una a otra, cual manos haciendo una cadena
En risa y canto que ya no será más llanto
Tu vida, humana, humildemente será alegría, alegría!
Arelis Juárez
LAS ARDIENTES RAÍSES DE LOS NERVIOS
Tercer intento
Las ardientes raises de los nervios
agitadas como las olas
que al tocar la arena
se vuelven espuma.
Fuego ardiente
recorre centímetro a centímetro
un cuerpo en turbulencia
sin destino.
El viento roto cambia la dirección su vuelo
no te detengas, susurra
bate tus alas
con fuerzas.
Un horizonte lejano
una ceguera,
un violín
pausa
Respira
el camino te llama.
Jeil Parra