La lluvia es una lágrima tan bella
Yo sólo quería vivir sola,
Y nada más,
Para que no me molestara ni el viento.
sola con mi gata alada,
Con las paredes firmes
Y las patas largas.
Despunta algo nuevo,
algo que juega,
y reverdece en el jardín de mi casa,
Un crujir de plantas y croar de ranas.
Un repique silencioso en las pulseras de la noche
que se arregla con sigilo,
El peinado alto,
las zapatillas altas,
El crujido de su capa.
La noche se escapa entre las ramas
e intenta no volver, desesperada,
sus pequeños pasos
Caen como gotas de lluvia en el asfalto,
las hormigas aprestan sus paraguas
Y cuelgan sus ojos en las ventanas.
La lluvia es una lágrima tan bella
que repica en las campanas
de iglesia dilatada y pupilas suicidadas,
Incienso en las ranuras de párpados blasfemos.
Gotas humanas de sangre se mueven,
Se evaporan sin tocar el piso,
Ruedan al si mismo en las mejillas de los santos.
La lágrima es una mujer tan bella
que reclinada reza,
y el amor es una lágrima tan bella
En su cabello encanecido.
La mujer es una lágrima tan bella.
En este cuerpo que soy a veces,
ocurren cosas,
Y respira exorcizando soles.
Mi carne brota soñolienta de la nada
Y me sorprende
como un germen que revienta y me levanta.
Tonantzin Rodríguez
La lluvia es una lágrima tan Bella
La lluvia es una lágrima tan bella
despierta el encanto de las flores
ahí, donde caen sus gotas
estrellas sobre verde pasto.
Invoca el vuelo de las hadas,
aparecen las musas
provocando con su danza
las ideas,
mariposas amarillas y ligeras.
Cae el crepúsculo,
luciérnagas inundan los senderos
río abajo
encienden sus luces,
los fantasmas se van.
Jeil Parra
La lluvia era una lágrima tan bella
Lágrima tiene de plata intensa,
con manos pobladas de pájaros,
la niña de uñas de malvón,
lleva un nomeolvides en los labios.
Lleva un recuerdo de una parra
y un jardín que ahora solo es lágrima.
Los naranjos colman mi gota,
las margaritas prendidas a mis pupilas,
me enseñaron el desamor.
Me quiere, no me quiere.
¿Qué pensaría esa niña
cuando arrancaba el último pétalo ya exhausto?
La lluvia cae y es una lágrima bella
que susurra a la niña
que todavía hay un trabajo que realizar
que otras niñas esperan los pájaros de sus manos.
Ana Barletta
La lluvia es una lágrima tan bella
Cuando los ojos del cielo se hacen millones
y aún no sostienen nuestras lágrimas
crean paquetitos blancos
disponibles en materia esponjosa
y nacarada, semejantes a fantasmas.
No hay jardín más bello
poblando nuestras cejas
con gestos repetidos, asombrados.
Allí se diseñan los vestidos de novia
¿no veis los mantos de plata por donde navegan
nuestras errantes palabras blancas,
las que escaparon de la memoria?
son diamantes florecidos en las
imágenes que van cayendo,
son personajes de la infancia
que devuelven historias a la tarde…
hay veces que atornillan el alma
a los malos momentos
para después alejarse de nube en nube
a favor del viento hacia la nada
o lo convierte en selva o misterio
al descargar su suave manto de agua
distribuyendo la ausencia
en barcos de vela blanca impulsados por
el sol en un cauce como de acuarela
con su nuevo corazón.
Hay que esperar a que su transformación
se haga canto.
Mariví Ávila
