LA CITA
V
El alba iba creciendo poco a poco
fundándote poder, halo, hermosura.
(No sé qué interminable quemadura
se me vuelve la carne donde toco.)
Sigues siendo el milagro. Si te evoco
rompe a cantar mi propia sepultura.
Llegan manzanas de perfume loco
y se alza la tierra en nube pura.
Despertaste… vi luz… con una rosa
me confundió tu magia prodigiosa
y volamos al cielo sin vestidos.
Despertaste… vi luz. ¡Pero qué suerte
si hubiéramos pasado así a la muerte
como dos malos ángeles unidos!
LA NADA PERTENECE A MI TERNURA
La nada pertenece a mi ternura.
Digo la luz y vienen mariposas.
Si yo supiera hacer alas hermosas
Se las pondría siempre a la locura.
Pero ¿qué vive aquí que no se cura?
¿Quién me lleva a mirar entre las rosas?
No estoy para mí misma: estoy en cosas
que vuelven su relámpago a la altura.
Quiero subir. No basta lo que puedo.
Inocentes canarios se han perdido.
Marco mi corazón con este dedo
para reconocerle desvestido.
La espuma se disuelve y tengo miedo,
porque adentro del alma sí hace ruido.
SON LAS OCHO, EL AMOR. COMO. TRABAJO.
Son las ocho, el amor. Como. Trabajo.
(Esto es decir la furia con que vivo.)
Córtenme entero el naipe fugitivo,
la hélice de sed donde ya viajo.
Son las ocho, el amor. No tiene nombre
sino el rostro perdido de las nubes;
le pregunto, riendo: ¿qué, no subes?
Y se vuelve de espaldas como un hombre.
Son las ocho, el amor. No, me equivoco:
ni el amor ni las ocho; sólo un poco,
de ilusión tan humilde que naufraga.
Vengan a consolarme, bestias, gente,
que quería ser luz resplandeciente
y he quemado el jamás con una llaga.
LA ROSA BLANCA
Vedla cómo sostiene esa hermosura
en maroma de luz sobre la rama;
apenas el temblor que hace una llama
cuando termina en humo su ternura.
Vedla con ese estilo de la dama
que ya no sueña pero en nieve dura;
de pétalos y albores amalgama,
de nube que bajó casi figura.
Vedla en su eternidad: pálida, sola.
Ya no sabemos si acabando empieza
a ser todo lo blanco que tremola.
Tal vez por no quitarse la corola
así quedó pasmada de pureza.
¡Ay, más que flor parece una tristeza!
Carilda Oliver Labra
De ANTOLOGÍA DE LA POESÍA
HEROICA Y CÓSMICA