Allá donde el mar no golpea
Allá donde el mar no golpea
La pólvora empapó al futuro.
Catorce veces más dos,
Lo apagó con su mirada.
El odio acertó al blanco
Dejando puro dolor, dolor, dolor!,
Vientres que lloran sus frutos,
La sangre de América, reclamando.
Dos luceros brillan en el firmamento
Catorce ángeles cantan:
«Twinkle, twinkle, little star,
Like a diamond in the sky».
Un país no contará más sus travesuras
Ni leerá versos del futuro.
Una escuela sin maestros hoy está
Y no hay a quien castigar.
«Fue el gran monstruo, mamá»
Gritó un angel…
Arelis Juárez
El viento tiene los pies desnudos
El viento tiene los pies desnudos
sórdidos bostezos
mirada incandecente
sin prisa
que no vuelve.
Silencio desnudo
susurro o melancolía
intermitencia de dos cuerpos que se encuentran
y se rompen en pedazos
beso a beso
tenues pasos
rompen las cadenas inmortales de dos bocas.
El viento agita las ramas
rosando sus frutos
viaja alrededor de la noria
deslizándose como la piel en el cielo.
Estallido voraz
suprime los atardeceres crepuesculares
tenue brisa
sol y escarcha
Oh! brillo mortal
enciende la llama que se va con
el viento.
Jeil Parra
Allá donde el mar no golpea
Allá donde el mar no golpea
transcurrían los días
tiernos de destellantes luces
en aguas dormidas.
Bóveda impenetrable
donde acontece
el silencio impasible
Oh Mar!
quietud infinita.
Floto en las cálidas agua de tu mar
donde sus olas sin resaca
balancean mi cuerpo plácidamente
en compañía de tu canto.
Jeil Parra
Allá donde el mar no golpea
Allá donde el mar no golpea
hay un dolor de abatidas alas,
un temblor en la geografía del alma.
El escenario eterno y contumaz
oscureció sus luminarias.
Allá donde no hay olas,
donde los címbalos acallaron su explosión,
el dolor, desbordado delta,
abraza con amor ese beso de Narciso.
Ese beso que me doy en mi propia boca,
con los labios cerrados,
ese beso que me cierra la boca,
que impide el aliento de las palabras.
Allá donde el mar no golpea,
hay dolor, rigidez, quebranto,
allá hay un silencio que grita.
Ana Barletta
Allá donde el mar no golpea
Desde el quicio de la Tierra,
bordeando los ángulos complejos de los hombres,
y desmenuzando golondrinas
pluma a pluma,
se erige el más hermoso de los cielos.
Seres alados sin rumbo,
brotan
como apariciones florecidas en los sueños
tras un muro enmohecido por el tiempo.
Allá donde el mar no golpea,
se pierden las palabras.
Construcciones de castillos significantes,
encadenando historias a los pies de las sirenas.
Constelaciones de peces rapaces
brotan de entre los harapos.
Medusas, que bajo su halo,
siembran la intrépida agonía del futuro.
El mar no golpea,
acaricia con el ir y venir de sus partículas.
El mar, llora,
detenidamente.
Acompaña al navegante entregado.
Brinda espacio al porvenir.
Dioses marineros,
figuras escamosas soterrando dulzura en los fondos,
fabricando escaleras,
para comprobar que -siempre- hay donde sembrar,
siempre se puede parir poesía,
mucho más allá.
Mariana García Guschmer
Allá donde el mar no golpea
Allá, mi barca iba colmada de un equipaje
liviano, porque con un solo corazón
no se alcanza la inmensidad del mundo.
Corazones con ruidillo necesito siempre
y pájaros en libertad volando por mis costas.
Con mi voz de alambre
rebosaron las palabras en la arena
para ocultar la verdad de una ola
en un mar que alargó su sombra hasta mi casa.
Con tan pocos colores no supe dibujarte,
mar encrespado, mar duro y verde
o concha submarina, en un fino papel
con dientes de medusa y roce frío.
Tu firmamento fue como una bombilla
y tu esencia un ejercicio en el navegar
de costado y sin descanso
por si nos brotaban estrellas
allí donde tu furia no golpea.
Mariví Ávila