Cultivo una rosa blanca 2022.02.12

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Cultivo una rosa blanca

Cultivo una rosa blanca
en mi jardín interior
donde nadie puede ayudarme
a cuidarla.

Mi rosa crece
con tallos firmes y perfectos
porque se alimenta de ti,
de tu mirada.

Cuando no estás,
la riego con sonrisas de niños,
sus miradas transparentes
llenas de inocencia
le dan a mi rosa
toda la luz que necesita. 

Cultivo una rosa blanca
para que tus pupilas
se reflejen en su belleza
y puedas sentirte amado.

La cultivo para que crezca
junto a la rosa que cuidas tú,
rosa de penetrante aroma
buscando luz para crecer
entre mi corazón y tu alma.

Cultivo una rosa blanca
para alegrar tus primaveras y
tus otoños.

Mi rosa blanca junto a la tuya
seguirá siendo hermosa
hasta en el más duro invierno.

Para cuidar nuestro amor
cultivo una rosa blanca.

Dolores Granados


Cultivo una rosa blanca

Cultivo una rosa blanca 
ella, bellas palabras 
capaz de transformar a la bestia
en una flor.


Pálido color
tallo de espinas
dulce fragancia 
sublime caricia.


En inquietantes noches
teje palabras
toma mi mano
me eleva 
a los más hermosos crepúsculos
y la bruma desaparece con su presencia
coloreada con su esplendor.


Ella quiere enseñarme
todos sus caminos
hasta los espinosos
vivir su mundo
atravesada por sus espinas
sin dolor
gozar de sus libertades
mundo de esperanzas
muerte
palabras
redención.

Jeil Parra


Cultivo una rosa blanca


Como una palabra sin destino 
como un campo en primavera 
que aún no vieron mis ojos, 
es esta tristeza sin porqué.
Tomó su préstamo de antenas en la inundación de imágenes a la salida de un cine de verano, cuando bailaban
en la frente de un cometa. Así… Hay veces que me quedo sin saber qué decir en momentos de esta lluvia de
soles, esperando la caída del cielo de un piano de cola mendigando su son, mientras 
mi cafetera italiana chapurrea las últimas gotas antes de darme 
un café. 
Hay veces que son como la ternura en medio de un planeta aún inhabitado, que quisiera pasar a años luz de una
vida blanca.
Como aquella vez que una rosa yació con la nube en pantalones dormida bajo los más intensos colores
existentes y los que aún no se descubrieron al amor
de su pequeño candil. 
Imposible compararse a los grandes cuando aún no se ha nacido. 

Mariví Ávila


Cultivo una rosa blanca

                                                          A mis hijos

Esos diminutos aromas,
esas minúsculas pompas efímeras
que volaron,
poblaban de doradas mieses mis amaneceres.

Balbuceantes cachorros, conquistaron el lenguaje.
Alborozados caminantes,
exploradores de sus pasos,
acometieron sus primeros latidos.

Anochecida ya
de blancas pasiones maternales,
con manos que arborean azul,
otras rosas cultivo.

En las acequias admiro frondas de varios colores,
inmarcesibles balcones al mundo asomados.
Premura de brotes, temblor y espinas,
en tiestos sembrados.

Ana Barletta


Cultivo una rosa blanca.

Te convertiste y sin pensarlo
En Amapola,
Soledad que te consume
Y no clamas el agua
Como el desierto mismo.

No seas tan obstinada
Salí de tu letargo
A la vuelta de esa puerta
Hay un mundo,
Una y mil esperando por vos.

Tu cielo está gris
Lo sé querida mía,
El sol está a tu espalda
Sobre tu cabeza
Frente a tu cristal empañado.

Verás querida,
Si  quieres,
Si  te atreves
A la vuelta de tu alma
Cultivo una rosa blanca
Tomala amiga mía
La planté para vos
Y la podés tomar
Regalar también 
Solo vos.

Arelis Juárez


Cultivo una rosa blanca

Cultivo una rosa blanca en la pradera
de mis años inconclusos.
Cultivo pureza en el jardín de mis recuerdos,
esos que aún no existen.

Ilusiones acalambradas por el miedo,
ingenua sonrisa que besa el futuro
como un colibrí que saluda a las flores.

Besos perdidos en matorrales de mentiras.
Agua filtrada por heridas del alma.
Aún así, beso.

Cultivo una rosa blanca
como el amante cultiva sus besos más audaces en invierno,
tibios, dulces, al calor de la pasión y el fuego.

Eso soy
un amante de lo blanco,
de lo puro,
de lo explícitamente no dicho
pero sentido y hecho.

Soy amante del rostro enrojecido
que guarda para si una rosa.
La más pura, la más blanca.

Cultivo una rosa blanca,
una que solo crece en las tierras del amor,
una que vive
en ti y en mi…
una a la que Inocencia llaman.

Abbi


Cultivo una rosa blanca

Hace tiempo,
mi padre me regaló
la rosa blanca de Martí.

Me enseñó el perfume,
los pétalos que la conforman,
lo delicado de su color
y lo que envuelve.

En junio como en enero
los inicios y finales se confunden
y en ese baile majestuoso
de rimas rimbombantes,
está el secreto.

El cruel amigo sincero
muestra
ante un espejo,
la humanidad que nos habita.

Su música resuena
en cada alma,
haciendo un camino
en el rosedal.

Mi padre me enseñó
lo embriagador de la primavera,
lo sereno del tiempo atronador
y lo efímero de las flores.

Mariana Garcia Guschmer


Cultivo una rosa blanca

Salieron de mi ombligo dos colibríes,

Saetas confundidas que no sabían a donde ir,

Yo no les supe decir,

Vaciar los mares y que se mueran los peces otra vez, Asoma la flor que se ofrenda al calor.

Las enamoradas viajan y llegan al sol

En pos de un amor

Montadas en nubes y unicornios de colores, Los peces buscan y beben los pétalos,

Hasta encontrar el exacto para morir después, Las rosas en los muslos suaves de agonía

Se estremecen en estruendos

De olas fulgurantes,

Las maletas se deshacen

Y estallan en saltos y cantos,

Las piernas no alcanzan para devorar al sol los cabellos cambian de color

Y a los hombres un suspiro se los llevó,

Las mujeres se plantan

Y florecen en tierras extrañas de conquistador, Mujer y rosa multicolor,

Parir los campos de girasoles,

La vida surge de entre la carne,

Haciendo surcos llenos de flores

Captura peces

Para ornamento de sus errores.

Flores con espinas

que da miedo tocar de tan suaves, Muestran el pecho al viento

sin temer sus embates,

Es la savia que palpita en nuestras venas, verdes sueños de esperanza,

Blanca leche

 Rosas blancas que cultiva la arriera En cada viaje,

Las fronteras se desdibujan

en sus cejas altas de destellos

y rompen mares

Surgieron de la tráquea de la tierra mientras estaba cantando y

la mano siguió pintando,

Entre nubes de colores.

Tonantzin Rodríguez

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