Hay una locura 2021.11.20

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Hay una locura

Todos los días camino sin vacilar

en la misma dirección.

Pasos incesantes que desean buscar

un nuevo rumbo.

Tiempo sin tiempo para vivir una vida

en la que las horas nunca alcanzan

para lograr traspasar el muro.

Hay una locura que traspasa el espejo

en el que me miro a diario.

Voces que me indican

la ruta de un nuevo camino

que estoy a punto de tener que recorrer

aunque no sepa cómo.

Hay una locura deliciosa

como remolino de viento

esperando aterrizar en otro lado.

… Y estoy aquí ante mi espejo

enloqueciendo de ganas

por entrar a esa nueva dimensión

a la que me llevará la vida.

Hay una locura

transformada en cambios

esperando verme,

en vez de una muerte.

Dolores Granados

Entre Madrid y Asturias


Hay una locura


Hay una locura
semejante locura,
arrolladora y fugaz
mariposa
que revolotea sobre la copa 
de un árbol
marchito que va cayendo.


Abismal intensidad
que avasalla los sentidos
como potro que comienza a galopar.


La suma de un montón de errores
de esos errores,
incalculables errores
reposan 
sobre un cuerpo que sucumbe 
ante el delirio del
desasosiego.

Bruma
colmada de voces
de ojos que miran fijamente
a ese cuerpo
corrompido
que más allá de la luna
sueña.


La gente como la espuma 
nada se vuelve,
nada
caricia que envuelve un simulacro
martillo que golpea
y rompe
dejando la huella de un dolor
Infame.


Sucumbo
en lo más profundo
de un foso
donde reposan viejas osamentas.


Cataratas sangrantes
que al caer desbordan 
ríos 
donde no sobrevive nadie.


JEIL PARRA


HAY UNA LOCURA


Hay una locura
Una llamada Bi
Y canta noche a noche
Sola a veces y acompañada también

Baila con vestidos y tacones.
Aplausos espera y recibe.
Sueña y vuela.

No es nadie en el día.
Es el alguien que otros desprecian.
Ese a quien todos temen
porque no conocen.

No conocen el desborde,
La pérdida y el duelo insaciable.
Esos que le temen al dolor,
esos que proclaman por su salvador.

Hay una locura
cantante, danzante y andante.
No para porque si lo hace
el universo reclama.

Si no das un paso
el mundo se detiene,
tu locura muere.
¡No duelas lo que quieres!

Mírala gozar en la vida
con pánico y asombro.
Libera su paso
y que te guíe en la selva de altibajos.

¡Canto! ¡bailo! ¡siento!
¡Hay una locura aquí dentro!
Y no se la toca.

Si existe es
porque… la misma vida
es.

Abigail Segales.


Hay un sueño

Hay un sueño, herida,

gota de sangre,

instante con sombrero.

Lago temprano que recibe a Narciso

en sus aguas vibrantes,

que construye deseos, alboradas de anhelos.

Entre párvulos perfumes, la niña soñaba,

encendía viajes y esperanzas,

inventaba fuegos, albergaba sombras.

En sueños, esta niña aleteaba cándidos encuentros,

en sueños ella era una ninfa, hija de Zeus y

acunada por Poseidón, Afrodita enviaba sus heraldos.

En un titilar de nubes espejean los sueños,

lágrimas de brillo furtivo,

algodoncitos de vida, buscando un sitio en el sol.

Ana Barletta


Hay una locura

A ciegas, una mujer y otra mujer y otra mujer

tendidas en las alturas de la nada.

Un café con leche, un cortado y otro con hielo.

La nada rubia.

La nada negra.

La nada malagueña.

Una frase desesperada. 

Un decir a la cara.

El tiempo del amor.

Verdad

Locura

Habla,

Parecidos diferenciados abiertamente

A veces, lo que pasa en el cuerpo, es solo primavera, 

Un fuego incandecente desprendiendo la corteza 

crujidos en el aullido sin brazos partiendo el dolor,

concavidades del otoño para recibir el invierno de los astros. 

Uno para otro 

toma la palabra,

 y pintura diluye sus cuerpos

canto pasea su voz

baile enamorado de la belleza del poema

un matrimonio tripartito y onírico

realismo psíquico materializando el futuro anterior.

En 3 azares, hay una locura 

repartida.  

Jazzcinthya Irais Chaparro Medina


Hay una locura

Como cadenas nos unimos,
como engranajes avanzamos,
mitosis humana
hacia el infinito, vamos.

La polisemia del verbo
inundando los océanos
y, por ahí, niños
sufriendo su porvenir.

Hay una locura deslumbrante,
magia de la humanidad
que ilumina
y, de pronto, nos salva
dando esperanzas a unos pocos,
obsequiando
energía para planear la alternativa
y pedir el indulto
de aquella utopia encarcelada.

Locura como trampolín,
como punto de partida,
como elección
o, simplemente,
como síntoma.

Locura subversiva
parapeto (salvador)
de las doctrinas más amargas.
Locura edificante,
practicante de una veracidad
cambiante,
de colores transeuntes
y sonidos fulgurantes.

Locura de galera
que invita a la carcajada
anaranjada.
Locura sabia,
conocedora de que el barco
se hunde
a la velocidad prevista.

Mariana G. Guschmer



Hay una locura (Antepasados)

Cuando pienso en mis antepasados, O en mis ancestros,

Pienso en vampiros,

No se por qué,

tal vez por la sangre, por la vida,

La inmortalidad

O el tiempo,

Esa inmortalidad tan aparente en la que los rayos del sol Podrían reducirme a cenizas

O aquella estaca en el corazón que volverá a dejar sin latidos tu corazón de no muerto.

la palidez

O los colmillos,

este gusto mío por permanecer Despierta en el arrullo de la noche, me hacen sospechar

que provengo de genes vampíricos.

Cuando yo los conocí

mis padres ya no se amaban,

En medio del mar me pescaron un día, los labios sangrando

Y los ojos muy abiertos

4000 temblores

han sacudido mis huesos

Y dejado por los suelos

Igual vidrios que floreros,

todo ha caído y yace confundido, Como de la mano de un gigante que un día nos dejó caer

como semillas

en cualquier parte,

Semillas que germinan en el viento y en la voz,

Semillas de agua,

De cualquier cosa.

Hay una locura

en el café de esta mañana, en el perfume y en la charla De las flores

que derraman sus sonrisas

a través de las ventanas, Pétalos rojos de alegría,

Hay una locura en amar el sol y sin embargo,

Pasar los días

Encerrada en el ataúd de

mi recámara

 Con las cortinas cerradas

Por mí no siento

el caminar de los años,

Salvo cuando en el espejo

Miro mi reflejo,

Los vampiros no tienen sombra, así es que nunca se,

cuando es mi abuela

la que se asoma.

Como salidos de un libro

que nadie sabe quien escribió Pudimos surgir de un parpadeo, De un huevo,

O hace mil años

En este cuento,

con el tiempo del relato

En nuestros cuerpos,

Telúricos capítulos

Revolotean en mi cerebro, Puedo sentir el aletear

De mis ancestros

con sus alas de murciélago.

A través de una enorme Herida en la pared

Se escurrieron los espíritus, cesárea inmensa de la casa en que nacimos,

Se produjo después

de un terremoto

Pero se fue formando

con cuatrocientos

sismos previos y pequeños.

Los hombres bebemos y comemos, Tomamos la vida de otros cuerpos. Pero en general,

Nos horroriza la antropofagia

y la hematofagia,

Quisiera ahora, entonces, fusionarme con las plantas, Hacer la fotosíntesis

a mis anchas,

¿de qué se alimentaron

Los vampiros de mi infancia? de mi savia,

Ahora que soy planta,

Mi sangre verde infecta

a mis vampiros,

Mis antepasados me asustan y me dan rabia,

Llenos sean de gracia,

Y redimidos con

 La sangre de las plantas, Beban los rayos del sol sintetizados en mi savia, y descansen en paz,

su nieta es vegetariana, el terror de las plantas.

Hay una locura

en el eclipse de luna,

hay una hoguera

de bombones dulces

que se derriten en mi corazón hay una locura que todo lo cura, continúo escribiendo

e invoco al amor,

Abrir la boca,

que escapen los fantasmas

que en mi bazo se quejan aprisionados entre mis costillas Y mi corazón,

me lleno de ternura

en medio del fuego

Converso con mis ancestros

y con mis amores viejos

como una loca

Salgo en medio de la noche para observar el cielo, ladridos de perros

gallinas confundidas

y motores,

Robar un dátil de la cocina Evocar el mundo árabe. Los poemas se confunden Y se entremezclan

En medio de la cocina

Con las especias,

Es extraño hilvanar

Las palabras de ayer

Con las palabras de hoy Preparar un guiso con ellas Antes del amanecer

Cada poema merece lo mejor de mí, Y lo mejor de mí, es mi padre, Porque está vivo

Porque respira cerca de mí

Por que lo escucho

en el sonar de los trastes en los que cocina, Porque lo escucho en las noticias

que escucha todos los días

con el café de la mañana

Y que a mi no me interesan nada,

Porque nada de lo que yo buscaba

lo iba a encontrar

en donde yo pensaba que estaba

 Porque sólo quiero quedarme vacía

y escuchar hasta donde me de la vida a mi padre en la cocina,

eso es la paz.

Tonantzin Rodriguez


Hay una locura…

Hay una locura

Cuerpo sin amor

Cuerpo vicioso de besos

Apasionado de la soledad.

Deseos de pertenecer

Dan forma a un nuevo cuerpo

El cuerpo del amor

Que se funde con el calor de la poesía.

Ella que está dispuesta siempre

Abraza lo indecible

Sostiene la lucha, la causa

La Victoria y hasta la pérdida.

Todo vacío, ella es capaz de llenarlo

No le teme a nada y a nadie

Compasiva del alma silente

Espera pacientemente

Nuestra entrega y sometimiento

Porque el fin de la locura

Es el punto preciso

En el verso que bautiza a un nuevo poeta.

Arelis Juárez.

 

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