Cruz de Palo
¿Qué te trae aquí?
¿La intermitencia
a la que
sometes el llamado
de las hojas?
A orillas del templo
tu soplo llega
a hombres y mujeres
de manos amarradas,
esculturas a la intemperie,
ficticia ronda de un verbo
obsceno.
Sobrevuelas el tallo
que se yergue
de un claustro
sin sangre.
Acaso me sabes zorzal
y por eso anticipas
mi canto.
Caes sobre el mundo
y en su fiesta no tienes lugar:
solo los pájaros llaman culpa
a la libertad
y voltear la otra mejilla
es de ángeles de yeso.
Otra lluvia de plegarias
riega un mar de brazos abiertos;
un relámpago
penetra el polvo
y la semilla dibuja
su milagro
de túneles oscuros;
se hace sitio en el aire.
Cruz de palo viviente,
abrigo y sombra
de cicatrices entrecruzadas
y savia volcánica.
Acuden a tu altar
voces sagradas y profanas,
ecuménicos
éxodos en otoño,
nidos de primavera.
Tus venas no
saben de miedos;
resucitas en la herida
cada vez que la lumbre
de ocres y rojos
deja paso al silencio
y escuchas,
misericordiosa,
el rezo del hombre.
Bibiana Alonso
Cruz de Palo
Si en esa cruz de palo
brotara un jazmín,
caminaría con él a cuestas
para plantarlo en las nubes.
Si ese jazmín
tuviera el perfume de tus ojos,
iluminaría las horas perdidas,
los sueños rotos.
Agua del limonero
ácidamente gustosa…
La vida es eso.
¡Saber amar,
conseguir vivir
en la cuerda floja del delirio!
El camino
cuesta arriba
sin pausas.
Cada cruz es única
y nuestra:
fuego y lecho,
lanza y caña,
bastón y bandera.
Lo propio es ajeno
y viceversa.
Mariana García G.
Cruz de Palo
Poema dedicado al Padre Edgar Larrea en el sexto aniversario de su muerte
Tu cuerpo yace en esta tierra, mas tu fiero espíritu lleno de amor,
de fe inquebrantable, ahora vuela por el aire que envuelve mis días
Y me acompañas cuando por ti lloro, cuando por ti río,
cuando por mi vivo
Cuando en mi corazón nacen pequeñas alegrías
Y quiero hablar contigo, que tu voz no se apague en mi conciencia
Quiero verte cantar y caminar una vez más
Tu vida fue una entrega constante
El servicio fue tu arte y
el amor a los demás fue tu bandera
Seis años me separan de aquél último abrazo que te di
Hoy solo puedo abrazarme a esa cruz de palo con tu nombre allí grabado,
esa cruz que cargabas a diario lleno de entereza
Con tu perfecto espíritu alentador y poseedor de gran belleza
Supiste siempre que tu vida no fue tuya,
Caminaste tan de prisa por la arena que la ola eterna de nosotros te arrancó
Hoy decido caminar por tu sendero
Hoy decido llenar mi vacío imaginario
porque tu ausencia no es ausencia
No estás aquí en este santuario
Ahora te embriaga eternamente el perfume que desprende
la Azucena de Israel
Se que me ayudas a cargar también mi cruz
Por eso quiero caminar por esta misma playa
hasta encontrar también la ola que deje tras de mi
Mi huella eterna.
Dolores Granados
Cruz de palo
La ciudad sin asistencia
colapsa la caída de la lluvia,
inunda un resurgir del pasado inicial,
regresión de la civilización,
desaparece el progreso,
los avances científicos, los derechos
en cielos de agua,
socavones de historias,
flores rotas y riachuelos de olvido
aparecen
y desaparecen durante la tormenta.
El gris del aire en la hora ceniza
y un lienzo que mira
como se quiebra el sistema
antes de la lluvia.
Jazzcinthya I. Chaparro Medina
Cruz de Palo
Un samaritano
Carga sobre sus hombros dos maderos
Maderos en forma de cruz, de cruz de palo
Un sacrificio para poder resucitar
Un cirineo camino al calvario
Un campesino que le va cargar la cruz.
El hombre nunca ha podido solo hacer nada
Necesitamos despertar
Caminar y en el camino encontrar
Una mano, un hombre, una luz.
Hemos de encontrar la luz
Hemos de ganar la victoria
Porque no es de uno solo
Es de todos
Y está en todos que somos uno
Porque uno no es uno, sino todos.
Arelis Juarez